En el despacho de Clara Campoamor, la luz de la tarde se filtra a través de las cortinas, proyectando sombras alargadas sobre una desgastada carpeta.
Finalista
Platos con restos resecos de comida, la ropa desperdigada por el suelo y la cama revuelta. Es lo que me encuentro en el primer párrafo del libro que acabo de sacar de la biblioteca.
Él duerme hace rato, le gusta madrugar. Mientras ella se desviste a su lado en silencio, contempla con nostalgia la foto del lago sobre la cómoda.
Estamos llegando a un punto de no retorno, Señoría. El comportamiento de mi defendida, que el Fiscal define como escandaloso, no es más que la consecuencia de su ansía por recuperar la vida de antes,
—Tienes que ayudar a su familia, papá. No pueden pagar un abogado y la muerte de su hijo no debe quedar impune. ¿Y si hubiera sido yo? —Tú nunca cometerías la estupidez de ir a la concentración del Día del Orgullo Gay, ¿para qué ibas a mezclarte con esa gente?;
Nunca me arrepentiré lo suficiente de lo que le hicimos al pobre Ernesto. En aquella época teníamos tan solo ocho años, aunque suene a ridícula excusa, y su madre hacía las lentejas más deliciosas del mundo,
Cae la noche. Con el frío que hace ni siquiera las estrellas se atreven a salir. En la habitación de un cuarto piso sin ascensor