Siempre he sido un juez implacable y distante. Y cruel. Extremadamente cruel. Incluso antes de desperezarme y poner un pie en el suelo
Cada mañana camino hasta la parada del autobús y ocupo el mismo asiento que ocupabas tú el día que nos conocimos.
Hace tiempo que perdió la memoria, tanto que ya ni me acuerdo. Cada mañana se sienta en su butaca, al lado de la ventana, y mira sin ver.
Después de hacer los deberes, mi hijo enciende la videoconsola, se acomoda en el sofá y empieza a jugar. Desde bien pequeño ha destacado por sus buenos reflejos y la agilidad de sus dedos,
El panel de expertos discute acaloradamente. Hablan muy bajo. Mi mujer dice que es por temor a que podamos enterarnos de lo que dicen.
Llaman a la puerta, pero hace caso omiso y sigue pelando manzanas. Pelar manzanas la relaja. Y caminar desnuda sobre las mondas que tapizan el suelo como una alfombra mullida y silenciosa,
Tuve que vender el coche y el reloj de oro de mi esposa para conseguir una entrada en la reventa, pero por nada del mundo iba a perderme el espectáculo del que ya se consideraba como el escritor más grande de todos los tiempos. Algunos críticos decían de él que […]