En el despacho de Clara Campoamor, la luz de la tarde se filtra a través de las cortinas, proyectando sombras alargadas sobre una desgastada carpeta.
Abogados
Tuve que interrumpir mis vacaciones para relevar al juez titular, indispuesto tras ingerir churros en mal estado en la feria.
La investigación había sido muy larga e intrincada y los años transcurridos desde que ocurrieron los hechos dificultaron aún más la tarea. Sin embargo, el esfuerzo mereció la pena:
Estamos llegando a un punto de no retorno, Señoría. El comportamiento de mi defendida, que el Fiscal define como escandaloso, no es más que la consecuencia de su ansía por recuperar la vida de antes,
Pasan de las doce de la noche cuando suena el teléfono. No se ha acostado todavía, aún tiene que terminar la defensa de los Martínez antes de dejar la comida preparada.
—Tienes que ayudar a su familia, papá. No pueden pagar un abogado y la muerte de su hijo no debe quedar impune. ¿Y si hubiera sido yo? —Tú nunca cometerías la estupidez de ir a la concentración del Día del Orgullo Gay, ¿para qué ibas a mezclarte con esa gente?;
El abogado intenta hacerme entrar en razón; el pobre hombre está cansado de este litigio y apenas queda tiempo para cerrar el acuerdo. Pero no hay razón que valga. Ellas siempre se han mofado de mis paseos por el bosque, las muy ladinas.