Me hice un hombre aquel verano del 81, cuando aún me quedaban seis días para cumplir doce años. Mis padres nos habían dejado en el pueblo, al cuidado de los abuelos, hasta que comenzase el colegio. Nos encantaba ir al pueblo, jugar en la calle con los otros chicos, esquivar […]
Finalista
—No se levante, Señoría, que volcamos. —¿Os habéis fijado? Hay residuos por todas partes, ¡qué asco! —Estamos como sardinas en lata,
Hoy hace diez días que volví a casa. En el hospital no podían hacer más para frenar esta enfermedad que me devora las entrañas.
Mientras espero en la cola, mi imaginación avanza muchísimo más rápido que mis pies y por unos instantes creo que me voy a descoyuntar.
En el primer capítulo Ella aparece sentada en la cocina, con gesto amable, garabateando deprisa sobre un trozo de papel manchado de harina mientras un sabroso guiso borbotea en el fuego.
En las inmediaciones de Vetusta se ha estrellado un avión de papel que había despegado tan solo unos minutos antes de la Región Neuroimaginativa de una joven ilusa.
El Congreso ha sido un éxito. He puesto en práctica todo lo aprendido allí y tanto mi despacho como yo hemos sufrido una auténtica transformación.