«El futuro ha muerto». Es la noticia del día. Nuestro compromiso de cambio para promover su conservación no ha sido suficiente, olvidamos pasar a la acción, explican los eruditos. ¡Qué fastidio!
Abogados
Tal y como están las cosas, pensé que era mi responsabilidad como abogado tomar cartas en el asunto, y de manera urgente además. Le esgrimí primero el argumento de que había que fortalecer su seguridad.
Mi familia puso el grito en el cielo cuando les dije que iba a empezar a trabajar en el turno de oficio. ¡Pero a quién se le ocurre, eso no está pagado! ¡Como es gratis, nadie valorará tu trabajo! ¡Tendrás que relacionarte con gente poco recomendable! ¡Ahí no hay glamour!
En el turno de oficio vemos de todo. Hace poco tuve que asistir a un amigo de la infancia que en absoluto parecía un beneficiario vulnerable por lo que muchos compañeros rechazaron su defensa.
Fue al ver los desechos de la industria que hay cerca de casa. Me quedé mirándolos embobado y ya no pude pensar en otra cosa. Sería algo nuevo, lo nunca visto, y Ella se fijaría al fin en mí.
Como es natural, me declaré inocente, pero la parte contraria alegó que las pruebas obraban en mi contra y me condenaron sin que mi abogado, un tipo abstruso al que contraté por ser el más asequible, hiciera nada por evitarlo.
Urbano insiste en que él es un empresario comprometido con el Medio Ambiente, que estudió con precisión todas las variables —grado de humedad, inclinación del terreno, fuerza del aire, índice de erosión, nivel de salinidad—