Como es natural, me declaré inocente, pero la parte contraria alegó que las pruebas obraban en mi contra y me condenaron sin que mi abogado, un tipo abstruso al que contraté por ser el más asequible, hiciera nada por evitarlo. Puso mucho empeño, eso sí, en convencerme de que la mejor alternativa en estos casos perdidos era sin duda la silla eléctrica. Y tenía razón. Horas antes de mi ejecución hubo un corte en el suministro de luz porque se llevaron los cables de cobre del tendido y tuvieron que posponerla. La vez siguiente saltaron los plomos al accionar la palanca; luego que si al renovar la potencia resultó insuficiente; que si un rayo cayó en el generador. El caso es que años después no han logrado acabar conmigo y hay quien empieza a creer que igual las energías renovables somos lo que el mundo necesita para mantenerse con vida.
Finalista del mes de abril en el XIII Concurso de Microrrelatos sobre Abogados
Palabras del mes: natural, energía, renovar, asequible, alternativa
20 ideas sobre “PENA DE MUERTE”
Wow!!!
Creativo al máximo .
No hay nada mejor como renovarse o morir.
Enhorabuena !!
Me temo que sí, que como no nos renovemos, no va a quedar ni rastro de nosotros por mucha luz que haya para alumbrarnos.
¡Gracias, Eva! 😊
Fantástico. Como siempre, Margarita.
Mil gracias, Sara. Es un privilegio saber que estás ahí 😊
¡Qué arte más grande, Margarita!
¡Cómo me gustan esos finales!
Y lo tantísimo que dices con tan poquísimas palabras.
Como siempre, leo más allá de lo escrito y que, en este caso, se podría resumir en la frase: «Renovarse o Morir». O dicho con otras palabras, es más feliz el que se adapta que el que lucha a contra corriente.
De todas formas, en la realidad, hay tantos interesados en aportar pilas a esa silla «eléctrica» para seguir soportando las energías que tanto nos empobrece a nosotros y tanto los enriquece a ellos.
Felicidades. Tus micros son una medicina natural muy necesaria para días como hoy.
Un abrazo.
😀 Arte, arte, el que tienes tú de natural y en tus comentarios. Y, por supuesto, en tus lecturas.
De nada sirve escribir si no hay nadie que te lea, y si encima lees también lo que escribo entre líneas pues la dicha es completa, o casi completa (como decía un profesor que tuve años ha, el diez nunca debe ponerse para darle al alumno la oportunidad de perfeccionarse). Pues eso, dejemos un espacio, por minúsculo que sea, a la esperanza de ser más dichosa.
Y que las sillas sean de enea. Y ergonómicas a ser posible, que ya tiene una una edad…
Gracias, muchas gracias por tus comentarios entusiastas, José A.
Un abrazo
Es buenísimo.. Cómo juegas con las palabras y los conceptos. Bravo!!
Eso intento, Mayte, jugar y, además, divertirme. Y hacerme entender, claro.
A ver si se me pega algo de tu talento además.
Gracias por venir hasta aquí 😊
Vaya talentazo que tienes Margarita!!
Buenisimo! Me has dejado sin palabras. En un relato tan corto , dices tanto… apostemos por las renovables o se va a producir un apagón pero del to!!
Enhorabuena, una y mil veces!
En ese «talentazo» hay mucho de entusiasmo por tu parte, pero me encanta, que lo sepas, y me anima a seguir escribiendo. De estos temas, además, tú entiendes mucho más que yo, así que me alegra doblemente que te gusta.
Una y mil veces gracias. Y un abrazo grande.
Excelente!
Muchas gracias, Franco. A veces una sola palabra emociona.
Maravilloso relato. Nos estás acostumbrando muy mal. En cada uno te superas.
Vivimos en un mundo frenético. A la velocidad que se desarrollan los acontecimientos, hoy en día sólo hay una cosa que permanece invariable: el cambio. Menos mal que esa silla eléctrica es como el infierno español y no ha podido con las renovables, porque es un cambio necesario. Con independencia de que uno sea más o menos ecologista, es un hecho que los combustibles fósiles tienen los días contados. Se tardará más o se tardará menos, pero están llamados a desaparecer mientras que el viento y el sol son fuentes de energía inagotables (y encima limpias).
Pero lo que más me gusta de tus relatos es que no son nada abstrusos (vaya palabro, me lo anoto. Siempre se aprende contigo). No se limitan a contar historias, sino que siempre van más allá. En todos se puede extraer una lección para la vida, y lo que es más importante, dejando que cada uno de los que te leemos interprete libremente esa enseñanza que nos ofreces. ¡Magistral!
Aquí te dejo mordiéndome las uñas esperando hasta que aparezca el próximo micro.
Un beso
¡Madremíadelamorhermoso! Que tú me digas estas cosas con lo que te admiro pues… Pues eso, que se me encoge la muñeca, que diría un tenista, y no sé qué decir.
Uno de mis objetivos cuando escribo es que haya un mensaje más allá del argumento principal del texto; escondido detrás del margen o en el pie de página, espera que alguien lo encuentre y lo coloque en su lugar, bien visible. Es un reto. Me arriesgo a que no se me entienda o a dar a entender justo lo contrario. En el mejor de los casos pasa desapercibido y ya está, se lee lo que está escrito y listo, que no hay que romperse el cerebro tampoco. La lectura debería ser siempre un divertimento, ¿no te parece?, Kafka, Joyce y Heráclito incluidos.
Y sobre morderse las uñas… intento no ser muy pesada con las entradas para no agobiar a los suscriptores, aunque a veces tengo la sensación de que me quedo corta. ¡Ay, el punto medio! «En el punto medio está la virtud» dicen, ¿no? Pues nada, que no hay forma de encontrarlo.
Me despido ya no sin antes darte las gracias por ir más allá cuando me lees y venir tan acá cuando me haces falta.
Un beso
Le estaba dando vueltas al relato y me puse en la piel del protagonista.
Pienso que la pena de muerte, en realidad es un doble castigo. Por un lado te quitan la vida, cosa que evidentemente es definitiva y sin vuelta atrás. Pero por otro lado, esta la primera parte del castigo, que consiste en aplicarte una angustia y desasosiego que en ocasiones dura años. Me atrevo a pensar que ese periodo junto con el sufrimiento que provoca el ritual de la ejecución, sean el real y auténtico castigo.
Espeluznante, la experiencia que haces vivir al protagonista. Pobrecito. Eres muy mala (broma).
Eso pienso yo con frecuencia, que todo el tiempo que transcurre en el que sabes que vas a morir ejecutado es una tortura en sí misma y no sé si mayor que la ejecución en sí misma, ¡terrible! (que soy mala también lo pienso, y no es broma, pero bueno, eso vamos a dejarlo 😏).
Yo que tú disfrutaría de las renovables en la piel, y más ahora que empieza a brillar el sol, con prudencia, eso sí. Siempre la prudencia, ay.
Gracias por comentar, Ricard.
Fantástico. Qué imaginación.
Me alegra que te guste, Anarchanthropus. La imaginación se me desboca a veces y no tengo mano suficiente para devolverla a la vereda.
Saludos
Muy bueno, aunque yo creo que va a ser al reves y las renovables van a llevar al patíbulo a las convencionales. Un abrazo
A ver si llegan a tiempo, que el patíbulo tiene los días contados.
Gracias por tu visita, Juan Carlos. Un abrazo.