Entra en mi despacho con un llamativo vestido, sandalias de tacón y un cartel enrollado en sus manos de dedos kilométricos que extiende muy lentamente sobre el escritorio mientras aguanta las ganas de llorar. En él, puedo leer, se ofrece una cuantiosa recompensa por el rescate de un joven desaparecido meses atrás cuya foto no le hace justicia. Aun así no cuesta reconocerlo debajo del maquillaje de la mujer que tengo delante. Hay por delante un arduo trabajo, días muy largos y noches en vela, pero al final, ante las pruebas presentadas, el juez solo puede decretar que mi cliente tiene razón. Después del fallo, la familia se resigna a dejar de buscarlo. A cambio, lo desheredan inmediatamente. Y a mí también. Nunca me han perdonado que siempre la haya defendido.
Finalista en el XI Concurso de Microrrelatos sobre Abogados
Palabras del mes: cartel, rescate, decretar, vela, llamativo
2 ideas sobre “POBRE FAMILIA RICA”
Muy bueno. Crítica social, un comienzo que te engancha y un final sorprendente. Como ves, aún en la distancia……..te sigo vigilando.
La distancia se inventó por muchas razones: para que los días de calor, como estos que acontecen últimamente, podamos tener suficiente aire alrededor y resoplar; para «poner los pies en polvorosa»; para que helicópteros, autobuses, submarinos, barcos veleros y demás autos-móviles encuentren su sentido vital; para componer canciones de amor: «dicen que la distaaanciiaa es el olvidooo, perooo yo no consiiigoooolvidarte»; para resolver problemas, de los de física, claro, de esos de trenes que salen de puntos opuestos a distintas velocidades en los que tienes que hallar la distancia que recorren hasta que se encuentran (para resolver los problemas existenciales creo que no sirve todavía); para poder irte de vacaciones más allá de tu casa y dejar de ver a los vecinos de siempre,… Pero sobre todo sobre todo sobre todo, para echar de menos a los amigos.