En el turno de oficio vemos de todo. Hace poco tuve que asistir a un amigo de la infancia que en absoluto parecía un beneficiario vulnerable por lo que muchos compañeros rechazaron su defensa. Le acusaban de robar, matar y descuartizar ovejas. Los vecinos, primero aterrorizados por el sangriento espectáculo y furibundos e impotentes después, le señalaron a él como único culpable. El pobre siempre tuvo mala fama en el pueblo, todos se apartaban a su paso. Tan solo mi hermana y yo jugábamos con él a escondidas. Tuve que emplearme a fondo. Cambié la orientación de las investigaciones llevadas a cabo en busca de nuevas pruebas hasta que lo conseguí. No había lugar a dudas: era Caperucita Roja la culpable, no el lobo feroz. Al fin quedó libre. Agradecido me invitó a su enlace con un bellísimo cordero. Y son tan felices que ahora solicitan mis servicios las perdices.
Finalista en el XIII Concurso de Microrrelatos sobre Abogados. Mes de julio
PALABRAS DEL MES: asistir, defensa, orientación, beneficiario, vulnerable
23 ideas sobre “EL CUENTO DE NUNCA ACABAR”
En los últimos años hemos visto como el revisionismo histórico ha llegado incluso a los cuentos infantiles. Hoy en día muchos de ellos son vetados por racistas o sexistas. Un revisionismo, en mi opinión absolutamente inquisitorial, en los que se pretende aplicar parámetros o perspectiva de género considerados por algunos colectivos, a cuentos que fueron escritos hace cientos de años. A modo de ejemplo, se censura el cuento de la Bella Durmiente porque el Príncipe la besa de manera no consentida por estar dormida. ¡Alucinante!
Menos mal que este no es el caso de la revisión que haces del cuento de Caperucita, en esa vuelta de tuerca que nos ofreces invirtiendo los papeles del malvado. ¡Me ha divertido mucho!
Besos
Tendemos a verlo todo poniéndonos nosotros como punto de referencia. Si ya nos cuesta entender por qué actúa como actúa el vecino del quinto un lunes por la mañana, como para intentar retrotraernos dos siglos y a otro país del que desconocemos su historia y sus costumbres. Es más fácil prohibir que construir andamios sobre los que evolucionar de verdad. Y decir «chicos y chicas» calma nuestras conciencias para seguir haciendo lo que hemos hecho siempre, que no es otra cosa que seguir discriminando, sobre todo a las mujeres (y a los que son diferentes y a los que no piensan como yo). Desgraciadamente la Historia es la que es por mucho que intentemos ocultarla, borrarla o defenestrarla; el pasado, hoy por hoy (todo se andará), no puede modificarse y sería bueno tenerlo presente para no volver a cometer los mismos errores.
En fin, que ni el lobo es tan malo ni Caperucita tan buena. Y yo, tampoco. Que cada uno se aplique el cuento.
Un beso
Clever! It made me smile! Of course, I know the original story, so I wonder how it would be understood by someone who had never heard of LRRH?
It would have to be documented. Although I think she crosses borders and time.
Thank you, Ashley
Qué bonito y bueno, Margarita. Felicidades!!
Besicos muchos.
Siempre atenta y generosa, Nani, ¡tú sí que eres bonita!
Un montón de besos.
Sabemos que los cuentos clásicos originales no tienen nada que ver con las versiones adulteradas y dulcificadas que nos han hecho llegar, pero yo prefiero tus versiones. Ni los lobos son tan malos malotes, ni las caperucitas rojas tan lindas e inocentes. 😜
Gran puntazo el de las perdices, las pobres siempre sirven como víctimas de los finales felices, para todos menos para ellas. 😂
Y reverencias, con sombrero Fedora incluido, que para la chistera ya hace musha caló, por la defensa del aparente culpable por feo y desprestigiado.
Mis felicitaciones reiteradas y efusivas, señorita del Brezo Perrault-Andersen. 😉
Un abrazo.
Pero qué arte tienes, me parto, y así es imposible escribir nada en condiciones. A ver, lo voy a intentar:
Como de Caperucita y el Lobo se han escrito océanos de tinta ya, he dejado caer un islote de plumas para modificar un poco el paisaje y, de paso, la atención del lector. Espero haberlo conseguido.
De malotes y buenazos no voy a decir nada, que sabemos cómo funcionan: a ratos, como todos.
En fin, que estoy muy feliz de charlar un ratito contigo. Y estando tú, ni falta que hacen las perdices.
A falta de caperuza, pamela o similar, te hago una reverencia con un movimiento de esos de mano incluido.
Un abrazo y a disfrutar de «la caló» del verano.
Lo primero felicitarte por ser finalista.
Genial… Genial … Genial .
Y es que el lobo no es tan malo como lo pintan y las caperucitas tan buenas como se cree . Apliques a la vida y saldrán muchos lobos inocentes .
El final de las perdices ya es caso arduo difícil . Seguro que eres capaz de poner solución , creadora de sueños .
Un beso !
Bien lo sabes (lo de los lobos, digo).
Para las perdices, de momento, nos dejaremos de cuentos hasta que se nos ocurra algo mejor que escribirles.
Un beso, Eva, y a seguir.
Ya decía yo que Caperucita no me daba buena espina…
Escama un poco, sí 😉
Muy divertido y gracioso 😃
Muchas gracias 😊
Ay, Margarita! Soy fan del Lobo Feroz hace mucho tiempo. Y ya era hora de que se mereciera una justa defensa.
A mí me gustaba más Caperucita, pero hay que ser justos, o al menos intentarlo, y reconocer que la pobre no ha sabido envejecer. Algún trauma de infancia habrá por ahí 😉
Un relato atractivamente dislocado. Me gustó. Gracias por tus letras.
Gracias a ti, Oswaldo, por leer y comentar. Eso me anima a seguir contando, aunque sea alocadamente.
Un saludo.
Follow me if you like my creations!
Muy buena entrada!! Me has hecho entrar como un caballo (con perdón de este)…mejor KO. Un cálido saludo,
Eso intento, sorprender al lector. Si lo he conseguido contigo, satisfecha y con ganas de seguir intentándolo. Así que gracias por animarme.
Un saludo
Nuevamente, ¡mi ovación ante tu microhistoria! Pues es un gustazo siempre leerte, por cómo escribes y nos sorprendes y por ese arte en hacernos navegar contra los prejuicios y estereotipos.
Tu pequeño y brillante cuento me ha recordado la divertidísima película de animación francesa «El malvado zorro feroz», basada en un cómic de Benjamin Renner, una delicia para peques y grandes que juega también con la necesidad de romper con los roles que tradicionalmente nos han inculcado.
Salud y un cinéfilo abrazo.
El gustazo es mutuo, Ana, porque eres un pozo de sabiduría. Ni siquiera había oído hablar de esta película que recomiendas.
Los estereotipos de rol hay que romperlos, pero siempre con cuidado de no hacerse daño ni herir a nadie con las esquirlas que saltan. Seguiremos en el intento.
Mil gracias, toneladas de salud y un abrazo.