«El futuro ha muerto». Es la noticia del día. Nuestro compromiso de cambio para promover su conservación no ha sido suficiente, olvidamos pasar a la acción, explican los eruditos.
¡Qué fastidio!
Para no anquilosarme, camino hacia el pasado. Me encuentro con mi padre en el hospital. Aprovecho para despedirme de él. Regreso a mi piso de estudiante. Apoltronados en una estantería verde duermen mis libros de Derecho. Vuelvo a clase, mejoro las notas de los exámenes. Se me empiezan a caer los pantalones, los puños de la camisa cubren mis manos. Sin tiempo que perder, reciclo la basura, evito tirar plásticos al río, planto los árboles recién arrancados, voy al colegio andando, apago luces, cierro grifos y juro que seré abogado otra vez para defender lo importante. Extenuado, me pongo de puntillas y miro por la ventana. A lo lejos, una tenue línea del horizonte se deja ver de nuevo.
XIII Concurso de Microrrelatos sobre Abogados
PALABRAS DEL MES: cambio, verde, promover, futuro, conservación
30 ideas sobre “ÚLTIMA HORA”
¡Buenísimo, Margarita! Como «El curioso caso de Benjamin Button» pero esta vez con premeditada conciencia de contribuir a evitar el colapso. Y es que cada acción, por pequeña sea, cuenta. Nuevamente, gracias por sensibilizarnos con tus pequeñas grandes historias.
¡¿Y tú me dices gracias?! Poesía eres tú.
Es precioso Margarita. Ojalá pudiéramos hacer lo que cuenta tu protagonista, o al menos, ojalá nos sirvan estos actos.
Suerte.
Besicos muchos.
Estaría muy bien poder volver atrás y enmendar errores, ¿verdad? Pero solo nos queda aprender de ellos para no repetirlos. Aunque somos un poquito duros de mollera.
Muchas gracias, gran mujer.
Muchos besos.
Magnífico el paralelismo con «Benjamín Button»…tal cual renace cada día y no mires atrás. Te sorprenderas. Un cordial saludo.
La pena es que no somos como él, como Benjamín, así que sí, deberíamos mirar un poco más hacia atrás para asegurarnos de que no dejamos huella.
Muchas gracias, Daniel.
Precioso micro, como siempre. Suerte.
Jo, qué bien. Muchas gracias, Juanma 😊
¡Que bonito Margarita!. Decía Mark Twain que la vida sería infinitamente más alegre si pudiéramos nacer con 80 años y nos acercáramos gradualmente a los 18, y seguro que tenía razón. ¿Quien no ha soñado alguna vez con viajar atrás en el tiempo y poder cambiar el pasado para vivir experiencias de manera diferente o enmendar algún error?. Yo desde luego en más de una ocasión.
El pasado es el itinerario que nos lleva a lo que somos ahora y abre el camino al futuro. Un futuro, que en el caso que nos ocupa, no sé si nos va a impedir ver esa tenue línea de horizonte que mencionas, a no ser que decidamos cambiar de dirección.
Le deseo mucha suerte a tu abogado en esta nueva vida que va a emprender, ya que aunque a nivel individual tratemos de aportar nuestro granito de arena con pequeñas cosas, la realidad es que muchos gobiernos no actúan con la suficiente contundencia. Por eso, los abogados, con la legalidad de su parte, son una excelente herramienta para luchar intentando mantener el control sobre compañías u organizaciones contaminantes.
Un relato estupendo. Además, como siempre, contribuyendo a concienciar sobre temas siempre sensibles. ¡Chapeau!
Muchos besos
PD. Por cierto, mucho mejor la nueva foto del blog que sustituye a la de la primera comunión. Sin duda eres como el buen vino.
Recuerdo cuando era niña oír a mi madre decir que le gustaría tener un abrigo de piel, pero que le pasaría lo que a todas, que si alguna vez se lo podía permitir sería ya con ochenta años, cuando el cuerpo apenas puede soportar su peso y ya no lo puedes lucir. Era otra época (por los abrigos de piel, ahora tan poco de moda debido a la atención dedicada a la fauna, y porque llegar a octogenario no era tarea nada fácil en esa época). Quizá por eso crecí pensando que el mundo estaba al revés, que deberíamos poder disfrutar durante la juventud: tener trabajo, piso, hijos, viajes cuando las fuerzas están en pleno apogeo porque por mucho que avanza la técnica, los cuerpos se resienten y ya no se soportan igual el exceso de baile ni una copa de vino fuera de las comidas. Resumiendo: que estoy totalmente de acuerdo con Mark Twain, aunque una cosa es lo que deseamos y otra lo que es, así que los errores, en lugar de poder enmendarlos, solo sirven para repetirlos y, de paso, si se tercia, sacarle un ojo a alguien con alguno de ellos. Así somos, haya abogados o no de por medio.
Del gobierno y la oposición hoy no voy a hablar, «pa’ qué».
Que nos dure la conciencia. Y el futuro.
Un beso. Bueno, dos. Y veintisiete más también. Que lo de la foto me ha llegado al alma, ja, ja, ja.
This is a great way to express your concerns, and mine, about the issues facing the world right now. It is something we all wish we could do, return to our past and correct the mistakes we as individuals made at the time! (Javier expresses it so well). Unfortunately, we cannot turn the clock back, but we can alter what we do right now, if we have the will to do it. However, I’ve been in the world long enough to know how our leaders will behave! No wonder I am cynical. Once again, I feel like the man walking the streets of the city carrying a billboard declaring «The End Is Nigh». Sorry! There is not a lot of positivity in my comment, except to say that Margaret of the Heather writes wonderfully poignant prose. 💐💐🙋♂️
We are not very lucky with the leaders, it is true. It must be that power corrupts everyone equally. So we can only do what we can and protect what is close to us in the hope that most of the people will do the same.
Once again I thank you for the effort to read in Spanish, and for the comments as well, and for your generous words. A hug, Ashley.
Ay, me encanta!!
Pues… contenta y más 😍
Una preciosa alegoría de todo lo que podríamos arreglar retrocediendo nuestros pasos. Sin embargo, las canas que vemos en el espejo nos recuerdan que la vida tiene un solo sentido. De hecho, creo que si se nos permitiera revivir nuestra vida cometeríamos los mismitos errores. Somos así de «certeros».
Cuando se llega a cierta edad son tantos los pasos en falso dados que no me extraña que me duelan tanto los tobillos. En lugar de esguinces tengo gazapos.
Como en tu relato, siempre nos queda alguien de quién no nos despedimos, o poder hacerlo de otra manera, o, simplemente, tener la oportunidad de verlo una vez más.
Me encanta esa revisión de los libros. Nuestras librerías son un diario de nuestra vida.
Lo maravilloso, como en tu caso, es estar tan segura y complacida con la profesión elegida. Aunque tú, más que abogada, eres defensoras de casos desdeñados e imposibles. La tierra lo es.
Estoy leyendo «El Ministerio del Futuro» de Kim Stanley Robinson que trata, precisamente, sobre este tema. Es duro, muy duro. Me está costando una barbariá leerlo, pero es una lectura necesaria para darnos cuenta de lo cerca que tenemos esa ÚLTIMA HORA.
Siento que esta vez, más que una disección, haya hecho una autopsia de tu relato, pero mi estado de ánimo y el salvaje deterioro al que estamos sometiendo el planeta me pone la mente muy negra.
Un maravilloso relato para pensar y analizar, juzgar, nuestro pequeño, pero devastador paso por este planeta.
Felicidades, un abrazo.
Me encanta cómo nos defines con ese adjetivo: «certeros», porque sí, mira que es complicado tropezar una y otra vez con la misma piedra, eh.
Y la vida tiene un solo sentido para caminar, pero muchos sentidos para interpretarla, aunque nosotros estamos sordos, ciegos y (perdón por el atrevimiento) agilipollados. Precisamente por peinar canas debajo del tinte y estar en edad de ser abuela, empieza a preocuparme el futuro. Me queda cada vez menos, y eso es normal, vale, lo compenso con la cantidad de pasado que tengo a mis espaldas, pero tengo la sensación de que a mis hijos, también, por eso intento poner algo de mi parte. Si los demás hacen lo mismo, ya son muchos «algos» y se notará, ¿no?, vamos, digo yo, que tampoco es que sepa mucho de naturaleza ni de leyes ni de nada, pero no hace falta ser una pitonisa con bola de cristal para verlo (en las noticias sale casi todos los días, basta con poner la televisión).
No conozco el libro que mencionas. Me lo apunto. Y ahora que digo esto, con tantos libros pendientes, necesito más futuro del que me toca en reparto porque es imposible, ¡qué te voy a contar a ti!
Gracias, muchas gracias por tu autopsia, Jose Antonio, porque sí, porque hay días que toca tener la mente negra y los puños cerrados y esos días cuesta más compartirlos, pero tú lo has hecho con la misma generosidad de siempre.
Un abrazo grande
Enhorabuena!!
Cómo yo sí creo en la magia , tu final me da esperanza .
Un beso
No hay nada como la magia para mantener la esperanza porque con tanto incendio, tantas inundaciones y terremotos y nevadas y olas de calor dan ganas de ponerse la chistera y salir corriendo.
Un beso, Eva
Quizás sí, sea verdad que perdimos el tren. Dicen que quizás pase otro, pero que ya no lleva la misma estación o el mismo futuro. Me pregunto cual será el paisaje cuando pisemos la andana.
Da un poco de miedo pensarlo, quizá por eso nos negamos a hacerlo, por lo que podamos descubrir.
Gracias por leer y comentar, Ricard.
Que aterrador resulta no poder imaginar un futuro para mi hija pequeña. Quién pudiera volver el tiempo atrás, aunque mas no sea para gritarme en la cara: ¡INVECIL, estas rifando el futuro a cambio de nada…!
Quiero creer que aún estamos a tiempo, no de volver atrás, pero sí de frenar el desastre y educar también a nuestros hijos para que todos podamos disfrutar del mundo: ellos y los que vendrán detrás.
Un saludo, Marcelo.
¿ Dónde está esa máquina del tiempo?. Me ha encantado
En ello ando, en buscar la máquina del tiempo. Si la encuentro, te lo digo. O no.
En cualquier caso, gracias por venir, Juan Carlos.
Muy bueno!
Estaría pero que muy bien que el mundo fuera al revés, que el futuro fuera nuestro presente para que nuestro presente pasará a ser nuestro futuro, y …otro gallo nos cantara!!
Como me gusta leerte!!
Un beso grande Margarita
No nos cansamos de intentar dominar al tiempo: inventamos relojes, soñamos con una máquina que nos transporte al futuro, conjugamos los verbos una y otra vez, pero me da que es una batalla perdida, así que intentaremos aprovecharlo lo mejor que podamos. Como haces tú. ¡Y además me lees!
Mil gracias otra vez y un beso enorme.
Pequeñas acciones para que exista un futuro. Un abrazo!
Las pequeñas también sirven. Incluso más que las grandes que no llegan a hacerse.
Gracias por leer y comentar, Ana Raquel.
Un saludo
Hola, Margarita. Es la primera vez que te leo, he caído por aquí de chiripa. Ojalá todos pudiésemos hacer lo que tu personaje y no solo para recuperar el futuro. Seria una excelente trampa a la vida. Un saludo.
Hola, Pedro. En este caso no me importaría nada ser «tramposa». Ojalá pudiéramos.
¡Brindo por las chiripas!
Un saludo y mil gracias.