Estamos viendo un programa donde salen muchas mujeres; están en la calle, gritan muy alto y llevan pancartas, lazos y pañuelos. «Reivindican poder conciliar la vida laboral con su trabajo», me explica mi hermana. Me dice también que en esos países existen mujeres abogadas que defienden a otras mujeres y que incluso pueden legislar, que es algo así como hacer leyes justas para todos. Yo no me lo creo, aunque sería bonito, pienso. En cuanto oímos que papá llega a casa, escondemos rápidamente el móvil. Ni siquiera nos pregunta qué tal estamos. Se enteró de que íbamos a clase porque echaron un gas en la escuela y enfermamos. Nos ha castigado, aunque la peor parte se la ha llevado mamá: menuda brecha le hizo esta vez. Estoy deseando que vuelva del hospital. Le voy a regalar un pañuelo violeta de esos. Seguro que estará muy guapa con él.
Finalista del mes de marzo en el XV Concurso de Microrrelatos sobre Abogados
PALABRAS DEL MES: mujer, legislar, conciliar, violeta, brecha
16 ideas sobre “MÁS ALLÁ”
Una maravilla. ¡Qué bien contado!, y que final más tierno. Me ha encantado.
No tiene tu delicadeza, pero a ella aspiro.
Ahora solo falta que no haya necesidad de contarlo, pero eso ya son palabras mayores, de las que no se escriben, se hacen.
Gracias por acompañarme, «mi querido Pablo».
Es muy bonita y necesaria tu reivindicación. Reflejas de manera tan hermosa, esa necesidad de que sepamos que pasa realmente!!
Me ha gustado mucho. Te felicito porque lo haces de maravilla y por llegar siempre.
Besicos muchos.
Parece mentira que en un mundo tan globalizado no nos enteremos de lo que pasa más allá de nuestras fronteras. A lo mejor es que no nos interesa demasiado. O que bastante tenemos con los que tenemos aquí. No lo sé.
Mil gracias, Nani. Un beso grande.
Enhorabuena 👏 Reflejas de forma magistral lo que debería ser arcaico y penado judicialmente, y que por desgracia hoy aún sigue siendo una cruda realidad en más sitios de lo que imaginamos 🥲
Es lamentable. E incluso inimaginable. Pero ahí está. Si cada uno hiciéramos lo que está en nuestra mano…
¡Gracias por leer y comentar!
Un saludo
Cada día te superas. Un prodigio de relato, de los que te llegan a lo más hondo, maravillosamente narrado y real como la vida misma.
Eso sí, al leerlo no he podido evitar pensar en nuestras feministas “de salón”. Me refiero especialmente a las suelta-violadores que nos gobiernan, siempre luchando en nuestro país por los derechos de las mujeres que ya estaban conseguidos mucho antes, pero a las que jamás las he oído pronunciar una sola palabra sobre la situación que padecen las mujeres en países como Afganistán y tantos otros, y que se deben sentir como tan magníficamente has descrito.
¡Buenísimo Margarita!
Un beso.
Da miedo comprobar cómo la violencia se mantiene y las violaciones aumentan entre «los niños» (ni siquiera me atrevo a denominarlos jóvenes, porque con 12, 13 años la juventud está todavía lejos). Algo estamos haciendo mal, pésimamente mal. Y si no le ponemos solución aquí, poco podemos hacer más allá.
Como ya he dicho en otro comentario, ni siquiera puedo llegar a imaginar cómo se puede vivir sin poder estudiar ni salir ni opinar ni desear ni decidir, sometida a la voluntad de otra persona que se arroga el derecho de quitarte los tuyos.
Con este relato he querido ir «más allá» con la esperanza de que no se quede en simple palabrería. Ojalá.
Una vez más, gracias, Javier.
Un beso.
I’m not good in Spanish but I could understand the meaning the story tells. Gracias
Gracias a ti por tu esfuerzo, Mohamad.
Best regards.
Excelente escrito Sr.Margarita!! Lo he leído 2 veces, la primera me transportó a esos lugares en donde es común estas situaciones, como el Pan de cada día y me sensibilizó como no tiene una idea. La 2da vez me hizo pensar en que tener acceso a la Educación es algo vital para todos(as) y que, por desgracia, aún hay un porcentaje alto de población mundial que no lo tiene y por ende abusivos que se aprovechan de esa situación.
La mejor noticia para la esperanza es que aún queden personas sensibles: solo si nos damos cuenta de lo que ocurre y, además, nos produce una emoción, podremos actuar en consecuencia.
Y sí, la Educación es fundamental para que nadie piense por nosotros; quizá por eso los gobiernos se empeñan en que el nivel de las escuelas sea cada vez más bajo.
Muchas gracias por venir hasta aquí y dejar su comentario, Armando.
Un saludo
Enhorabuena !!!
Qué suerte tenemos de haber nacido donde hemos nacido .
Ojalá y algún día alguien le preocupe de verdad la falta de derechos de las mujeres afganas .
Un abrazo .
Supongo que nos pilla lejos, por distancia y por cultura. Y si no somos capaces de arreglar lo que tenemos en casa… Pero sí, sin duda «la cuna» es una suerte.
Un abrazo, Eva, y mil gracias.
Gran relato Margarita y muy duro, has resumido en unos pocos renglones el sufrimiento de niñas y jóvenes a las que les han quitado un derecho tan básico como es la educación por el solo hecho de ser mujeres. Niñas y jóvenes que quieren aprender y estudiar y que unos fanáticos lo convierten en un privilegio solo para hombres. Es tremendo vivir sometidas a violaciones constantes por el solo hecho de ser mujeres. Y es terrible que no se pueda hacer nada por ellas.
Siempre nos haces reflexionar con tu maestría escribiendo.
Un beso
Me alegra que unas cuantas líneas nos lleven a la reflexión; es el primer paso para intentar hacer algo más, al menos cambiar lo que tenemos más cerca. Mi esperanza es que, si todos lo hacemos, esas pequeñas modificaciones se vayan extendiendo hasta que esa intolerancia absurda no encuentre lugar. Pero bueno, me temo que no es más que una utopía porque, incluso los que tenemos acceso a la educación nos encontramos con que «la educación» está trucada y solo nos enseñan lo que interesa para mantenernos aborregados.
Un beso grande, Aurora, y a pesar de mi pesimismo de hoy, venga, seguimos peleando.