Se puso en marcha al amanecer. Como único equipaje, una caja de herramientas. En la garganta extrajo las palabras que se le habían quedado atravesadas. De allí a los hombros: los levantó un poco y se dejó caer hasta las manos; ajustó unas terminaciones nerviosas para que no temblasen tanto y subió hasta el pecho, donde descansó un rato antes de bajar las revoluciones de su corazón. Continuó hasta el estómago. Con ayuda de unos alicates, arregló ese pequeño pellizco que le azoraba tanto, lanzó unas pesas a sus pies —ahora pisaría fuerte— y regresó. Ella le esperaba para comer.
Certamen Tedascuen23, relatos viajeros. Fundación Splora. Valladolid.
12 ideas sobre “VIAJE INTERIOR”
Buenos días, Margarita.
Ojalá fuera tan fácil como llevar el cuerpazo al taller mecánico. 😜😂
Yo, mejor, lo llevaré al reciclao. 😝
Ingenioso micro lleno de metáforas y reflexiones. Enhorabuena.
Un Abrazo.
¡Hola, José Antonio!
Creo que con los «reciclaos» hacen muy buen trabajo también: cortan de uno, pegan en otro y es la caña. Con tanto avance encuentran hasta el más mínimo rencor enquistado, de esos que no ves, pero que producen un sarpullido que pa’ qué. Y tú sin parar de rascarte sin saber el motivo después de haber visitado cientos de médicos. 😉
Yo llevé mi cuerpo hace un tiempo y todavía no he ido a recogerlo; a ver si saco tiempo un día de estos.
Un abrazo
Estupendo relato. Para hacer con paz ese viaje interior, seguro que fue importante arreglar ese pellizco interior. Benditos alicates.
Un abrazo, amiga.
Como dice José Antonio, ojalá fuera así de fácil: unos alicates, un par de clavos sin óxido y una llave inglesa y listo. Pero hasta para utilizar un taladro hay que saber para no cargarse la pared. Sin embargo, a todo se aprende si ponemos intención.
Un abrazo, Azurea. ¡Buen viaje!
Qué bueno Margarita. Si hay algo seguro es que leerte siempre es un viaje 🙂
¡Vaya, Sergio! Acabas de regalarme unos maravillosos alicates. ¡Mil gracias! 😊
Ojalá se pudiera comprar esa caja de herramientas en Leroy Merlin, pero me temo que de momento no está en venta.
El relato me ha parecido una metáfora sobre la reflexión interior muy creativa y efectiva.
Nuestra personalidad siempre es un territorio complejo que se puede fortalecer a través de la introspección y precisamente, en estas pocas líneas, transmites muy bien la importancia de tomarse un tiempo para mirar hacia adentro de uno mismo y comprender mejor quienes somos, lo que sin duda puede ayudarnos a manejar nuestros propios recursos con más eficiencia.
Genial!. Un beso.
Te aseguro que si estuviera a la venta, la caja de herramientas se agotaría en un santiamén. Aunque luego no sepamos qué hacer con ella. No somos conscientes de la cantidad de herramientas que tenemos en casa para ponernos manos a la obra, pero es que da tanta pereza… Y cuesta cambiar manías y desaprender hábitos y dejar de fumar.
Pero sí, no se puede decir mejor: sin introspección «no hay tu tía» y, además, te quedas sin primos y sin amigos y, si te descuidas, sin trabajo.
Gracias por tus palabras, Javier. Son una buenísima herramienta para seguir sumando eficiencia.
Un beso
Qué de sutilezas…
Creo que yo también dejé una parte en el taller, y me olvidé de volver a por ella: la parte que queda encima de los hombros. 🙂
Me atrevería a decir que la tienen en exposición como un claro ejemplo de las impactantes modificaciones que sufre un cerebro cuando es utilizado para pensar 😉
Ay, a veces es necesario hacer ese ejercicio de recomponerse, recolocarse, chequearse o como se le quiera llamar para tirar para adelante y a veces también, pero para no hacer o no decir lo que se haría o diría .
Respirar fuerte y a seguir, a ver, no queda otra.
Que me gusta leerte!!!
Besos
Yo diría que cada día hay que mirar hacia dentro y apretar lo que está suelto, aunque la mayoría de las veces es mejor soltar, porque de nudos vamos sobrados.
Respiramos y seguimos, claro que sí.
Gracias, muchas gracias por leerme. Me encantan estos ratitos de charla.
Un beso grande