Nada más levantarse llena un vaso con la leche recién sacada de la nevera, lo bebe de un trago y corre a limpiar todos los exabruptos, reproches e insultos que ha vomitado su marido durante la noche. No quiere que los niños tropiecen con ellos, tampoco que se manchen. Luego les prepara el desayuno, ayuda al más pequeño a terminar de asearse, comprueba las mochilas, el almuerzo, no olvides el chándal, Desi, que hoy tienes entrenamiento, y los lleva al colegio. Espera hasta que entran, a veces alguno se gira y le lanza un beso, suspira y se va al mercado dispuesta a estirar las monedas que él le ha dejado en el cenicero. Y así todas las mañanas. Cada día. De lunes a viernes. Bueno, excepto un par de meses en verano. Pero hoy, no sabe por qué, se encuentra con una tienda nueva camino del mercado. Nunca antes la había visto, como siempre voy mirando al suelo, se dice a sí misma sin mover los labios. Le llama tanto la atención que se acerca al escaparate y mira. Mira largo y tendido. Lo mira de arriba abajo, de izquierda a derecha. Es todo muy hermoso, se atreve a pensar. Y sin darse cuenta, entra. El sonido de unas campanillas la recibe cuando abre la puerta. Sale al cabo de un rato grande cargada de paquetes, ruborizada, hasta casi parece contenta.
Nada más llegar a casa vacía los armarios. Arroja por la ventana el miedo, la angustia, la tristeza y un par de ilusiones cubiertas de moho que se habían quedado olvidadas colgando de una percha. Y en la maleta, que solo usó en su viaje de novios, mete todas las posesiones de su marido, poniendo especial cuidado en quedarse ella fuera. Después, con todo ya limpio y ventilado, desenvuelve los paquetes muy lentamente y se calza con mucho mimo la esperanza y la confianza adquiridas tan solo unas horas antes. Se mira al espejo. Le favorecen. ¡Si hasta parece más alta!, se asombra. Da un par de pasos. Casi tropieza. Tendrá que practicar duro para caminar con ellas sin tambalearse. Lo sabe. Pero por primera vez en mucho tiempo sonríe con todo el cuerpo.
Finalista en el V Concurso de Relatos Cortos sobre violencia de género.
Fundación Luz Casanova, Escuela de escritores y Libros.com.
26 ideas sobre “UN PAR DE PASOS”
❤🤗💜
¡Gracias, Charles! 😊🙃💕
Un placer asegurado el visitar tu espacio y leer tus relatos, con una sorpresa siempre al final redimensionando lo recién leído.
De que forma tan fantástica retratas aquí la necesidad de ser dueñas de nuestros espacios, de nuestros pasos, de nuestras miradas… Al hilo de ello recuerdo ahora el largometraje «Big eyes», dirigida por Tim Burton sobre la vida de la pintora Margaret Keane, de cuya obra se autoapropió la autoría muchos años su marido, hasta que judicialmente se zanjó el tema. El personaje de Margaret, de forma muy ilustrativa, dice en la película: «Yo nunca he actuado con libertad. Yo era una hija y luego una esposa y luego una madre. Todos mis cuadros son de Jane (su hija) porque ella es todo lo que conozco». La prota de tu historia con su nuevo calzado seguro que ya no mira solo al suelo y es capaz de apreciar todo el mundo que le rodea y, mejor aún, con la autoestima recuperada enriquecerlo con su valiosa presencia.
Enhorabuena y gracias por tan esperanzadores microrrelatos.
Salud y un abrazo.
Estoy contenta. Contentísima. Por tu visita. Por tu «pedazo» comentario (con comentarios así, no necesito zapatos nuevos para sentirme ligera y caminar con paso firme, ¡qué lujo!). Y porque conozco la película, al fin una que he visto. Que he visto y que disfruté mucho a pesar del argumento. Parece increíble, pero todavía hay personas que no pueden hacer lo que desean porque otros se lo prohíben, en su mayoría mujeres. Y no es fácil salir de ese círculo, no hay más que alzar la vista.
Hay que seguir. Es obligatorio.
Gracias, Ana.
Salud y un abrazo.
Es muy real y triste lo que cuentas. Aunque digan que hay menos el machismo está ahí. Desde pequeño he estado rodeado de mujeres y quizás por eso el machismo para mí ha sido una cosa monstruosa. De las decisiones que he visto tomar en mi vida, las de las mujeres casi siempre han sido las más sensatas.
Algo no estamos haciendo bien porque es verdad, el machismo sigue ahí, y en los jóvenes, que es lo más desesperanzador. A pesar de la educación, de las opciones, de las oportunidades que se les brinda. Es una pelea constante. Y les dices, les explicas, les demuestras que eso no es amor y te miran raro, es una auténtica lástima.
Pero eso «no es óbice ni valladar» (como dice un amigo) para seguir intentándolo.
Gracias por tu visita, CarMac.
Muchas felicidades Margarita, es muy bonito y a pesar de tema, la poesía sale por los cuatro costados. Me ha encantado, eres una crac!!
Besicos muchos.
Tú me lees con buenos ojos, Nani, y eso se nota, vaya si se nota.
Gracias por ese ánimo positivo y contagioso que desprendes y por tu visita.
Muchos besos 🥰🥰
Enhorabuena !
Relato valiente y real . Ojalá sirva de inspiración para muchas mujeres .
ByA
Ay, ojalá, Eva, aunque es mucho más fácil escribirlo, sin duda. Pero seguiremos.
Gracias por comentar 🙃🙂
Una vez más nos regalas un pequeño relato que encierra una gran historia. En este caso, una historia que tristemente es más habitual de lo que debiera.
Me ha gustado mucho el modo en que, como Pulgarcito, nos vas soltando miguitas de pan dando pistas hasta el desenlace en que nuestra protagonista logra sobreponerse, recuperando la fe en sí misma, al convertir sus miedos en confianza y su angustia en esperanza. Magistral!.
Muchos besos
Te has convertido en un «diseccionador» de textos concienzudo y acertado. Voy a tener que hilar bien fino. Y encima solo comentas si te gusta. No puedo pedir más.
Bueno, sí, que la próxima vez sea cantando, ¿te imaginas? Y si nos falla la música pues al menos que no nos falten las ganas.
Mil gracias y besos a cientos.
Tremendamente duro, pero al mismo tiempo precioso.
Ojalá «muchas» encuentren esa tienda en su camino, porque seguro que hoy «muchos» querrán borrar su maldito comportamiento y falso amor con flores.
Felicidades, creo que se puede decir de muchas formas, pero tan bello y poético como tú lo has dicho es difícil.
Un abrazo.
Mientras haya un solo caso, hay que seguir contándolo, por duro que sea. Ojalá llegue un día en que las flores sean la norma y broten solas entre las sábanas, debajo del sofá o dentro de la nevera.
Gracias, Jose A., por tus amables palabras (las he leído ocho veces y bien alto, a ver si me las aprendo de memoria).
Un abrazo
Me encanta. Un relato triste pero esperanzador. Un abrazo
Parece increíble que a estas alturas… Pero cada persona que es capaz de salir adelante es como un soplo de aire fresco y anima a seguir intentándolo.
Un abrazo, Mayte, y gracias por comentar.
Sonreír con todo el cuerpo. ¡Hermosa frase!
Por lo que te voy conociendo, tú eres la que siempre tienes una frase hermosa a punto para regalar a nuestras historias. ¡Gracias!
Espero y pronto domine las dificultades del caminado y siempre sonría con su cuerpo entero.
Yo también lo espero, Isai27. Y nosotros podemos ayudar quitando obstáculos del camino.
Gracias por comentar 😊
Como viene ya siendo costumbre al pasarme por aquí, he disfrutado con la lectura. Esa manera que tienes de contar las cosas para que quede bonito aunque sea feo, es fantástica. En este caso, te diré que lo que más me ha gustado, que incluso he vuelto atrás para releerlo, ha sido: <>. No hace falta decir más, ahí está el meollo del asunto. Enhorabuena. Un abrazo fuerte.
A veces no hace falta decir nada para decirlo todo, la elocuencia del silencio. Pero otras se agradece, y mucho muchísimo, escuchar palabras como las tuyas sobre mi manera de contar las cosas.
¡Gracias, Aurora!
Y ojalá esa buena costumbre de pasarte por aquí dure mucho tiempo. Yo me esforzaré para que sigas disfrutando con la lectura tanto como yo con tus comentarios.
Un abrazo
Me encanta eso de…”mete todas las posesiones de su marido, poniendo especial cuidado en quedarse ella fuera.”. Estupendo relato
Es que a veces, con las prisas, ni cuenta te das.
Gracias, Juan Carlos.
Buenísimo! Me encantó!
Qué bien, Ana, me alegro 😊
Muchas gracias por leer y comentar.