Hacía tres veranos que padre había muerto cuando una noche se presentó a cenar. Lo miramos sorprendidos: mientras estuvo vivo, nunca llegaba a casa tan temprano. Madre nos pidió que le hiciésemos sitio, le puso un plato con restos, le partió pan y siguió con su cháchara. Él no probó bocado, tampoco habló, solo nos miraba con sus inexpresivas cuencas vacías. Después de recoger, le dimos las buenas noches y nos fuimos a dormir. Al levantarnos seguía sentado a la mesa. Madre le dijo que, si no pensaba comer, que se fuese al cuarto de estar, y nos sirvió el desayuno. Ya casi nos habíamos acostumbrado a su presencia cuando empezaron a castañearle los dientes. El ruido, tan parecido al de una máquina de escribir, nos impedía oír la televisión. Para evitar problemas, madre cubrió sus piernas esqueléticas con una toalla vieja y le anudó al cuello uno de sus pañuelos floreados; intentó ponerle también mis guantes, pero como eran demasiado pequeños, se le partían los dedos, así que desistió. Estaba ridículo, pero surtió efecto. Ya ha aprendido a bajar la basura. Y a fregar los platos. Es lo más parecido a un padre que hemos tenido nunca.
2.º Premio en el IV Concurso La toalla del boxeador.
Palabras: verano y guante.
De El regreso , el jurado ha dicho:
«El regreso nos presenta desde la primera frase una historia de fantasía dentro de un hogar lleno de realidades. El realismo mágico sobrevuela el ambiente con ese padre que ha vuelto de la tumba para, tal vez, limpiar sus errores pasados. La voz de los narradores, sus hijos, nos introduce en esa casa en la que, mientras ellos se van acostumbrando a la presencia esquelética del padre, cuenta el comportamiento de la madre, que trata la nueva situación con una naturalidad no exenta de ternura. El relato está escrito con un gusto exquisito. Da gusto ir leyendo frase a frase la evolución de la nueva vida en familia y cómo se va integrando en ella ese padre pródigo. Sazonado con pizcas del más fino humor, resulta un texto redondo, con un final que deja al descubierto la intrahistoria vivida por esos hijos en el pasado, y la esperanza de que, aunque muerto, ahora tengan lo más parecido a un padre. En resumen, una verdadera delicia.»
13 ideas sobre “EL REGRESO”
Un relato inmejorable, magistral. Al principio me pareció estar leyendo un fragmento de Pedro Páramo. Enhorabuena, Margarita.
Jo, Pedro Páramo son palabras mayores, pero agradezco, y mucho, el parecido. Tienes razón, hay algo de realismo mágico, no lo había pensado; cuando me salen este tipo de historias siempre tiendo a definirlas como «absurdo» (y mi marido como «muy tuyas»). Va a resultar que no estoy tan loca.
¡Muchas gracias, Peregrino!
Qué bueno es tu relato, Margarita. Me ha encantado. Es un placer leerte!!
Muchas felicidades.
Besicos muchos.
Muchísimas gracias, Nani. ¡Qué bien me sientan tus palabras siempre!
Un montón de besos.
Lo primero , enhorabuena !!!
Me ha impactado mucho . El infierno existe .
Y el cielo también, o eso quiero creer.
¡Muchas gracias, Eva!
Es muy bueno. Me alegro mucho que haya sido premiado. Sí que tiene algo de Pedro Páramo, sí… Enhorabuena, un abrazo☺️
Me alegra que te guste, Aurora, tu criterio es importante para mí. Supongo que es inevitable que, sin darnos cuenta, se cuelen las lecturas en lo que escribimos.
Un abrazo
Cuando iba leyendo, por un momento pensé que se te había ido la pinza, jajaja. Luego, revisando los comentarios, me he quedado tranquilo al ver aquello del realismo mágico y que, como dice tu marido (con el que coincido), son historias “muy tuyas”. La innovación siempre es importante también como recurso del entretenimiento y la verdad es que esos toques surrealistas que imprimes de cuando en cuando, -cual Salvador Dalí de las letras-, son siempre divertidos.
Disfrutar el puente que se avecina, a mí me toca casa rural con karaoke.
Un beso
Tú me conoces bastante bien, Javier, y sabes que las pinzas y yo somos algo incompatibles, por eso se me van con tanta frecuencia en busca de cuerdas más apacibles.
Con este tipo de relatos algo más «alocados» e incorrectos me siento más cómoda, la pena es que gustan bastante menos, no sé si eso es bueno o no.
Jo, qué envidia más insana me da «tu puente»; tendré que cantar algo a dúo con Lorenzo para sobrellevarla. Pasadlo muy bien.
Un beso
.👌👌👌
Gracias, Priti ☺
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