Lo dejo. Abandono. Estoy exhausta. No aguanto ni un minuto más el roce de mis viejas zapatillas desgastadas ni el olor acre del sudor que se extiende silencioso y furtivo como un submarino en tiempos de guerra por todo mi cuerpo.
Tengo miedo. Los pájaros de mi cabeza se están quedando sin plumas y en el estómago no revolotean ya las mariposas de antaño. En su lugar hay un par de peces glotones que se alimentan de mi flora intestinal y me arañan las entrañas con sus brillantes escamas plateadas. Toni […]
La E escribe efemérides en una escayola. La O le quita el cinturón al ocho y se queda tan oronda. La P es presumida, pretenciosa y prepotente. ¡Pobre porvenir le espera!
El sol se atusa los rayos todavía somnolientos que se reflejan en los adoquines desgastados de la Cuesta de Santo Domingo. Faltan tan solo unos minutos para que comience el encierro.
—Por favor, por favoorrr —grita alargando la última sílaba y los brazos para intentar retenerme. Y su voz suena con el dramatismo de una novela de Dostoyevski.
No sé si voy o vengo desde que me presenté como voluntario para el estudio de la demencia.
En el Colegio de Abogados montamos un equipo de fútbol, y entre partidos, entrenamientos y reuniones tácticas en el bar, los días pasaban deliciosamente. Hasta que mi mujer me denunció por deslealtad. Fue una vista rápida. Solo me dio tiempo a declarar que no había intención de engaño en mi […]