AL OTRO LADO DEL MAR

Llegamos aquí en septiembre, un día por la noche. El viaje había sido muy largo y yo estaba tan cansada y confundida por el cambio que tardé en darme cuenta de lo bonita que es esta ciudad. Y también el colegio nuevo. Al principio estaba un poco asustada y no hablaba con nadie, pero ahora ya tengo amigos y aprendo rápido. Por las mañanas mi madre me prepara el desayuno y me acompaña hasta la puerta del patio. Es tan guapa que la gente se la queda mirando. Después, por las tardes, a pesar de que está muy cansada de tanto limpiar casas, se sienta conmigo mientras hago los deberes para que le enseñe las palabras nuevas que he aprendido en clase. Y como es muy trabajadora, ya habla español casi igual de bien que yo. Al caer la noche nos quedamos dormidas abrazadas. Ella sueña con todo lo que dejamos allí; yo, con ser abogada, como ella.

2.º Premio en el I Certamen de microrrelatos sobre Igualdad e Inmigración. Ayuntamiento de Cúllar (Granada)

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