Son relojes antiguos, Señoría, entiéndalo. Que se atrasan en las horas punta, pues claro, por el esfuerzo de la escalada, pero luego recuperan los minutos perdidos al dar las horas valle. No los culpe. Si pudiera detenerse unos segundos para empatizar con ellos se daría cuenta de su sufrimiento ahora que internet marca el tempo de nuestras vidas; no es fácil aguantar este ritmo frenético, agotador e impredecible con la única ayuda de sus manecillas. Necesitan tiempo para adaptarse.
Ante esta impecable metáfora, nadie esperaba el fallo desestimatorio del juez, todavía imberbe y algo desgarbado, que con sus ágiles dedos lo anotaba todo en una tablet de última generación.
El abogado mira con lástima a su abuelo. Tendrá que seguir acompañándole a sacar dinero del cajero para evitar que el banco le cobre una comisión abusiva cada vez que lo hace en ventanilla.
Finalista en el XIV Concurso de Microrrelatos sobre Abogados
PALABRAS DEL MES: comisión, empatizar, internet, valle, desestimatorio
27 ideas sobre “TEMPUS FUGIT”
Un relato magnífico. Enhorabuena.
El otro día escribí esto
LOS MAYORES Y LOS BANCOS…
«…El señor cajero anotaba en ella con la solemnidad de su puño y letra, cada asiento contable de la cuenta. Sencillo. ¿No…? Años más tarde empezaron con lo de las tarjetas, y ahora están con el rollo éste de internet. Nada nuevo bajo el sol…»
👇👇👇 🙏
https://historiasenunfolio.wordpress.com/2022/02/18/mayores-y-bancos/
Gracias 🙏
Me he reído un montón con la anécdota del hombre de tu blog. Lo peor es que la cosa no es para reírse; supongo que así, con las carcajadas, difuminamos un poco la angustia que produce la situación.
No tardando mucho, podría ser yo la protagonista de una historia similar porque, por más que una se actualiza, no hay forma de estar al día. Y no me entra la risa precisamente.
Buena entrada la tuya, Antonio.
Un saludo
El humor no es mala arma con la que combatir el desánimo, seguramente es la mejor.
Gracias por leerme y por tus comentarios Margarita, ambas cosas son un verdadero lujo. 🙏
Un saludo. 🤗😘
Gracias a ti. Siempre.
Me ha encantado. Un saludo!
Muchas gracias, José Manuel.
Un saludo y buen fin de semana.
Me ha encantado. Una metáfora preciosa para denunciar el infierno de nuestros mayores para realizar una simple gestión, antaño sencilla. ¡Chapeau!
Tempus fugit, aunque en algún sitio leí una vez que las alas las ponemos nosotros para marcar el rumbo. No obstante, cada vez nos lo hacen más difícil.
A pesar de que la mala fama la tienen los bancos, más grave me parece el maltrato que recibimos de la administración, que debería cuidar más a sus ciudadanos. No hay manera de realizar una gestión presencial, e intentar realizarla por internet es casi misión imposible, y todo ello a pesar de tener conocimientos informáticos suficientes.
En fin, ya se sabe, el consabido viaje a la digitalización constante, que muchas veces en lugar de agilizar nos hace perder un tiempo precioso, lo que en definitiva nos empobrece –tempus est aurum–.
Como siempre, un disfrute y un privilegio poder leerte
Muchos besos
Por aquello de crear debate (por si tuviéramos pocos ya), diré que lo que parecía tan sencillo antaño, no lo es tanto, pero ya se sabe eso de que «el que no tiene más, con su marido se acuesta». Cuando nos hackearon el sistema y tuve que estar dos semanas haciendo todos los trámites a mano, con bolígrafo y papel reciclado por aquello de cuidar del Medio Ambiente (cada vez más «mediado», por cierto), fue una locura. Y no solo por el hecho de tener que escribirlo todo si no porque no había forma de comunicarse con los servicios centrales directamente y hacerles llegar de forma rápida todos los datos que yo recogía, con la subsiguientes demoras para completar trámites y para que el usuario tuviera respuesta rápida y a tiempo de cobrar y pagar sus facturas. Y esto es un minúsculo ejemplo de todo el daño ocasionado. Dicho de otro modo, la tecnología nos facilita mucho la vida, pero antaño no se tenía y no se podía y, como no se conocía, no se echaba de menos. (Sí, ya sé que tú piensas lo mismo, no te aporto nada nuevo). El problema está en las alas que dices tú: sois muy pocos los que sabéis volar alto; otros nos conformamos con planear sin morir en el intento, pero todavía quedan muchos que ni siquiera tienen alas. Esto de Internet es como pasar de ser niño a verse, de un día para otro, celebrando las bodas de plata con toda la familia que nadie sabe de dónde ha salido brindando alrededor de una mesa. Nos estamos saltando etapas.
En cuanto al trato de la Administración, me apunto. Y me apunto porque sé fehacientemente que detrás de cada pantalla hay un ciudadano que, en lugar de esconderse tras el vil aparato, podría abrir la ventana (del ordenador) y hacer la tarea más fácil a los que están del otro lado. Y alguno hay, pero pocos. El COVID ha sido una buena disculpa para cortar por lo sano el trato cara a cara.
Y hablando de caras, vamos a tener que quedar para vérnoslas, por cierto, que el tiempo es oro, sí, pero no imperecedero.
Como siempre, un placer charlar un ratito contigo, aunque sea telemáticamente 😉
Un beso
Genial
Gracias, África 😊
¡¡¡Maravilloso!!! 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
Bellísima y antológica metáfora comparando a nuestros «abuelos» con los relojes analógicos. Esos que antes nos ayudaban a organizar y gestionar nuestras vidas, cual compañeros acompasados, y ahora, convertidos en fríos números implacables, nos obligan a empujones de segundos a no perder el ritmo de la vida del mundo.
Nos vemos obligados a ir en un tren que va sobre los raíles de una montaña rusa y por los altavoces una voz impostada nos dice: O te mueves conmigo o te apeas.
El otro día lo comentaba con una amiga bloguera, que había escrito sobre el mismo tema, este es uno de los muchos puntos que confirman el desprecio a los mayores, a los ancianos, aquellos por los que deberíamos sentir admiración y aprender de su experiencia.
Leí en alguna parte que quienes desprecian a sus ancianos están despreciando su historia y se precipitan hacia la fatalidad de su propio futuro. 🤷🏻♂️
Enhorabuena por el relato, además de ser precioso, invita a la necesaria reflexión.
Gracias, Un Abrazo 🤗🌷👍🏻
Los mayores son nuestro pasado, los que han hecho posible que estemos exactamente aquí, pero con tanta filosofía barata de «despojarnos del pasado para continuar», metemos todo lo viejo en el mismo saco, y cualquier día, con las prisas, nos metemos nosotros también (y no tardarán en meternos porque todos, de una forma u otra, somos el pasado de alguien). Tú lo dices muy bien: sin pasado, no hay futuro.
Y en cuanto a los relojes, las prisas, el tiempo que corre (y si no corre, lo empujamos), estoy desesperada: ya ves, tardo una semana en responder, o más, pido disculpas. No sé qué hago, creo que me lo como. Y el problema de correr tanto es que siempre estoy cansada y, cuando tengo un momento, lo aprovecho para descansar y no hago lo que tengo que hacer y me toca volver a correr, me canso, descanso, se me acumulan las tareas, corro, me canso,… Es mucho más divertida la montaña rusa, aunque, pensándolo bien, a mí ya se me ha pasado el tiempo de montarme en esa atracción (y en todas, solo de pensarlo, me mareo).
Muchas gracias por tu precioso comentario, Jose Antonio.
Un abrazo (seguro que con el ventarrón este del Estrecho te llega rápido) 🤗
Formalmente impecable, como habitualmente. La historia que contiene es, sin embargo, terrorífica. El mundo hacia el que nos encaminamos muestra aspectos que producen mucho miedo. El pez grande es más grande cada vez, y al chico se le va suprimiendo el cobijo. Sin contemplaciones.
Hay historias que son difíciles de contar por la tragedia que encierran, pero es la única forma de que no caigan en el olvido para poder solucionarlas. Parece que en este caso se empiezan a tomar medidas.
Reconozco que de vez en cuando intento echar el freno para hacer «lo que está en mi mano» (lo único posible y lo más efectivo), pero en cuanto veo la ventaja que pierdo, me entra el pánico y echo a correr otra vez. Necesito más entrenamiento. Más templanza. Y más contemplar.
Y lo verdaderamente cínico, es que cuando próximamente detone una bomba PEM (Ataque de pulso electromagnético), una de esas que destruye los equipos electrónicos, todos volveremos la vista con mirada implorante hacia dichos abuelos…Un saludo Margarita
Parece imposible tan solo pensar en volver a los tiempos del lapicero, los archivadores y los papeles de calco, ¿verdad? Y los que hemos practicado con ellos al menos sabríamos por dónde empezar, pero no sé yo si los más jóvenes atinarían a girar el rodillo de la máquina de escribir.
No tengo ninguna duda de las ventajas que tienen los equipos electrónicos y en cómo nos facilitan la vida; solo hace falta no dejar a nadie atrás en esta carrera desenfrenada y, por supuesto, tener un plan alternativo por si alguien tira la bomba y esconde la mano.
Gracias por comentar, Óscar.
Un saludo
Margarita, un magnifico micro que invita a la reflexión, hoy por hoy es inhumano lo que se está haciendo con la gente mayor y no tan mayor, sobre todo si viven en pueblos pequeños.
Un saludo.
Lo de los pueblos ya es para nota. Tengo la suerte de proceder de uno en el que tan solo quedan ya una decena de personas y no lo tienen nada fácil. Parece que en ellos se detuvo el tiempo. Y las oportunidades.
Daría para una amplia charla (sin muchos resultados prácticos, me temo).
Gracias por este ratito, Ángel.
Un saludo
Qué bien lo has narrado Margarita. Todo un hecho de injusticia hacia nuestros mayores y nosotros mismos. Eres una crack. Qué bien lo haces!!
Muchas felicidades.
Besicos muchos.
Por desgracia este asunto está tan a la orden del día que es fácil escribirlo, Nani; todo el mérito aquí es de los que pelean cada día para poder contarlo. Y como dice mi madre, «allá llegaremos si el diablo no nos lleva antes».
Un millón de gracias y muchos besos.
Es que como dice mi hija, ‘esto es muy fuerte».
Este tema que tan magistralmente has expuesto y que está tan de actualidad, pone los pelos de punta a cualquiera, es que nuestros mayores no pueden seguir el ritmo de las nuevas tecnologías y esto no puede ser!
Es que no se lo merecen, es que han luchado mucho para verse cada vez más fuera de un mundo que también es su mundo y no hay derecho a que les arrinconen y les hagan sentir que no sirven para nada.
Jo, esto me toca la fibra, en serio!.
Un beso grande Margarita
No me extraña, Aurora, es que «es muy fuerte». Por suerte casi todos tenemos todavía una persona mayor muy cerca a la que tenemos que sostener para que no se caiga con el vértigo que produce esta aceleración y nos toca más la fibra todavía.
Y lo peor es que así nos veremos, porque esto va a toda velocidad y no hay manera de ponerse al día. A veces me da por pensar que la teoría de la evolución de Darwin es inmortal y aquí solo queda el que se adapta.
No sé si lo único, pero lo mejor que podemos hacer es tender la mano para intentar que nadie se quede atrás.
Un beso grande para toda la familia. Y un millón de gracias.
Cómo es habitual genial, trabajo en una entidad financiera y ciertamente es implacable y despiadado lo que se plantea para nuestros mayores. La verdad es que hemos creado una sociedad de exclusión que no sólo en este aspecto, en muchos otros. Una sociedad que más tarde o más temprano nos excluirá a todos apartándonos del fluir del tiempo hasta nuestra desaparición.
Nadie mejor que tú, entonces, para contarlo desde dentro. No obstante, por las últimas noticias que están saliendo, parece que desde los bancos, y también el gobierno, están poniendo freno a esta vorágine con los que no saben o no pueden subirse al «carro telemático».
Y ya podemos ponernos todos las pilas, o darle cuerda al reloj, porque cada vez hay menos niños y, como no nos cuiden a los mayores, (empiezo a incluirme), dices bien, en cuestión de no tantos años, desapareceremos todos.
Un abrazo y muchas gracias por comentar.
¡Enhorabuena!!!!
Preciosa y cruel metáfora de algo que está sucediendo con nuestros mayores.
Bobos, aquellos que se piensen que nunca les llegará ese día . Así , como nunca debemos olvidar nuestra historia para que no se repitan los errores pasados, tampoco deberíamos olvidar lo que hoy hacemos pues mañana seremos pasado y condicionará todo un futuro en el cual “ nosotros ya seremos pasado “
😍😍😍😍
Pues sí, y no nos queda tanto para ser pasado. Aunque lo que me asusta de verdad es no tener claro si tendremos futuro o nos caeremos directamente al abismo.
Un beso, Eva, y muchas gracias por comentar.