PROFESOR JONK

No soy yo muy de hacer publicidad, incluso cuando es merecida. No sé si es egocentrismo, pereza, cobardía, falta de tiempo o insensatez. No voy a pararme a analizarlo, pero sí voy a romper esta manía tan mía. Y ahora mismo.

Profesor Jonk es más que una página web, es una «REVISTA DE MÚSICA, CINE, LIBROS Y RELATOS DE VIAJES SIN DESTINO» en la que tengo la enorme suerte de participar hace algún tiempo, he olvidado cuánto. Y es que cuando encuentras un lugar como este, con lecturas tan buenas, diferentes y con tantos acentos, el tiempo es lo de menos.

Me siento muy orgullosa, y también sorprendida y algo aterrada, por qué no reconocerlo, de que José Félix, el personaje real que se esconde detrás del Profesor Jonk, siga publicando mis historias en medio de tanta calidad como encierra sus páginas. Lo disfrutaré mientras dure.

 

DE PECES Y OTROS PUNTOS 

Que soy mala estudiante y, encima, descarada. Eso dice don Eusebio. También que nunca llegaré a nada con mi actitud. Se pasa el día poniéndome notitas para que las firmen mis padres y hoy, además, ha decidido ponernos un examen de lengua mañana a primera hora, así, sin más preámbulos. Entran todos los temas que hemos dado hasta ahora y los del año pasado y los del anterior. Para que no los echemos en el maloliente saco del olvido, dice con su voz desafinada arrugando la nariz como si, efectivamente, el saco del olvido estuviera lleno de conocimientos putrefactos. Y luego añade eso de que tenemos memoria de pez, su frase favorita, y se ríe para dentro, tan para dentro que parece que se va a descoyuntar. Cuando se ríe, le tiembla la papada y “se le perla la frente de sudor”, como diría él, por el esfuerzo. Don Eusebio es el único que se preocupa de que nos convirtamos en hombres y mujeres de provecho. Si no fuese por él, estaríamos todos “boqueando en el proceloso mar de la incultura que baña las costas de nuestra sociedad actual”. Eso no lo digo yo, lo dice él. Dice muchas cosas don Eusebio. Todas igual de metafóricas, incomprensibles y poco interesantes. Pero él tiene la caña por el mango para sacarnos de este lodazal instituto en el que “nadeamos” y no queda otra que morder el anzuelo y obedecer. Y aquí estoy, encerrada en mi cuarto, con un inmenso montón de folios, libros y libretas que no caben en la mesa pensando la mejor manera de acomodarlos en mi rutilante memoria de pez.

Y tanto pensar, tanto pensar, he llegado a un punto que ya no sé si es seguido o final.

Lo golpeo suavemente con la punta del pie y no se mueve. Parece que no respira. Tiemblo solo de imaginar que sea un punto muerto…

 

Para leer el relato completo https://profesorjonk.com/2022/03/12/relatos-de-peces-y-otros-puntos/

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