Antes de acostarnos, mis padres nos ponen en fila y hacen un recuento rápido: uno, dos, …, ocho, nueve y diez.
Hace unos meses echaron de menos a Daniela, pero como a esas horas están agotados, nos mandaron a la cama sin pedir explicaciones. En el fondo, todos nos alegramos de no estar tan apretados. Ya nos habíamos olvidado de ella cuando desapareció Álvaro. Solo Anita hizo algún puchero, estaban muy unidos ellos dos.
Anteayer nació Benjamín. Es un bebé precioso, pero no para de llorar. Con este voy a acabar muy rápido; la experiencia me dice que, si les tomo cariño, lo paso fatal. Y yo también tengo mi corazoncito.
Finalista en el VI Concurso literario Camp del Turia
16 ideas sobre “MENOS ES MÁS”
Menudo relato, Margarita!! Felicidades es buenísimo.
besicos muchos.
Un poco tétrico para estas fechas; bueno, para cualquier día del año. Pero así es la imaginación, rebelde, incoherente y caprichosa.
Mil gracias y un montón de besos, Nani 🥰🥰🥰
Madre mía, criatura… Con lo mona y rosada que era la ilustración, zasca con el final. Sin piedad. Lo he disfrutado😀¿Vendrás a la lectura de relatos / entrega de premios?
No hay que fiarse de las apariencias, dice la sabiduría popular. Y yo soy bastante «popular», aunque poco sabia 🤷♀️
Una vez más tendré que imaginar la lectura de relatos; esto de vivir allende los mares… Una pena, me encantaría darte un abrazo.
El espacio vital es importante, también que corra el aire, otra cosa es tomarlo de forma tan literal, aunque también hay que reconocerlo, discreta, como quien no quiere la cosa
Un abrazo, Margarita
Aprender a sobrevivir, creo que se llama. Desde bien pequeños somos capaces de encontrar justificaciones a nuestros actos; luego ya vendrá eso tan recurrente de echarle la culpa a los demás y quedarnos tan anchos.
Un abrazo, Ángel, y mil gracias por comentar.
😂😂 ¡Q poco espíritu navideño, José!
¿Si te digo que lo escribí hace unos meses me rebajas la condena? 🙄 Y por si sirve, te diré también que hasta yo misma me sorprendo a veces. Dicho lo cual, me alegra comprobar que sigues estando. 😘
Si esto fuera una película de la Guerra de la Galaxias, diría que te has pasado al reverso tenebroso de la Fuerza.
Esto me recuerda que al igual que podemos tener un lado salvaje, todos tenemos un rincón oculto, un lado oscuro, aunque en raras ocasiones lo dejamos ver, no así en este caso.
Lo malo no es tener lado oscuro sino ignorarlo. Incluso creo que de vez en cuando, es bueno asomarlo para satisfacer ese deseo de hacer algo incorrecto. De romper las reglas, aunque sea un momento, para escapar de la monotonía de ser buenos y satisfacer la atracción de lo prohibido……..pero solo de vez en cuando, eh!, jajaja
Un beso
El problema es que yo no tengo un rincón oculto (o un lado salvaje): tengo cinco, siete o cuatro, no lo sé muy bien, porque, entre los que se duplican sin permiso y los que dicen que se aburren y se marchan sin decir ni adiós, no me aclaro muy bien. Y ya que están, pues habrá que usarlos para que no se anquilosen o les dé por hacer alguna fechoría descontrolada. Ni te imaginas (o sí, seguro que sí lo imaginas) lo bien que viene la escritura para darles espacio y que se aireen. Hay quien se pega cabezazos contra la pared, hace deporte o cuenta hasta cien; yo prefiero sentarme y dejarme llevar por la imaginación.
Pero sí, prometo hacerlo solo de vez en cuando. O al menos intentarlo.
Besos.
Y feliz precumpleaños 🌹
De inicio tu relato se gana mi simpatía, veo a los padres de esa cuantiosa familia cumpliendo el diario ritual de contar a su prole, y de pronto, me clavas una duda con sabor a sorpresa… esa aparente despreocupación por la ausencia de uno de los niños (que luego me entero son más).
No termino de digerir esa manifiesta apatía por la desaparición de los no habidos y una vez más, esa creatividad que caracteriza tus letras muestra tu lado truculento que me asusta, pues tu pluma puede acariciarme el corazón y luego cortarme las venas de un solo tajo, por ello autora (como alguna vez te lo dejé anotado) … te amo y te temo.
¡Gracias por esta bella lectura!
Hola, Juan Carlos.
De eso se trata, ¿no?, de emocionar. «Ladran, luego cabalgamos», dice Sancho.
Exagerar puede ser un buen recurso para conseguir la atención del lector, del enamorado, del detractor; del perro que sigue con fidelidad a su dueño y solo tiene ojos para él, pero, por un instante te mira, me mira. Si para ello hay que hacer jirones una hoja en blanco o rasgarla de un solo tajo, se hace. Suena cruel, es cruel, lo sé. Como la alarma del despertador por la mañana. Pero hay que despertar, es necesario despertarse y comprobar que la realidad no se anda con chiquitas ni con borradores que podemos cambiar a nuestro antojo. Somos nosotros, todos y cada uno, los que la escribimos. Intentemos hacerlo del mejor modo posible, sin borrones ni tachaduras.
Y dicho todo esto que me has inspirado del tirón, prometo que escribiré algo por lo que puedas solo amarme la próxima vez; otra cosa es que lo consiga.
¡Gracias por tu bello comentario!
¿Se lo zampa? No sé, es la imagen que me vino a la mente. 🙂
Abrazongo
Pues si lo imaginaste, existe 😊
¡Abrazazo!
Es una forma estremecedora de abrirse paso entre la multitud. Podría haber un símil con la sociedad actual, donde cuanto más canalla seas mejor te va en la vida, al menos estarás en la lista de los que sobreviven.
Por otra parte quisiera creer que existen medios menos drásticos para conseguir superar los escollos del camino.
Saludos, Margarita.
Me gusta creer que de hipérboles vive la escritura por aquello de llamar la atención del lector y de extorsionar sus emociones. Lo malo es que luego llega la realidad, de puntillas y por la espalda, y te quita el antifaz de un manotazo y te quedas con el bolígrafo suspendido en el aire y la boca abierta.
Aun así, y aunque mis historias me hagan parecer culpable, sigo teniendo fe en la raza humana.
Saludos, Marcos Manuel.