Me dejó plantado en la primera cita. No me quejo, me cuida bien. Está pendiente del riego, me abona con regularidad y me poda las ramas que me brotan en el estómago estropeando mi silueta. Ella dice que eso me pasa porque no hago suficiente ejercicio. Y tiene razón, me agota estar todo el día moviendo las ramas al ritmo del viento. Además, espanto a los pájaros, y echo de menos su compañía y sus trinos en el oído. Pensé que a ella no le importaría mi exceso de frondosidad, que me querría igual, y, aunque me asegura que sí, ya no es lo mismo, lo noto: antes, cuando me salían flores en la barba, las cortaba y las ponía en un jarrón —así la casa huele a ti, decía picarona—, pero desde que me sacó un esqueje, solo tiene mimos para él.
Publicado en Diario Sur Málaga
23 ideas sobre “MADRE NATURALEZA”
Creo hablar con cierta dosis de razón cuando digo que cualquier padre se siente agradablemente reconocido en tu relato.
Y eso lo hace aún más meritorio.
Gran relato, Margarita.
Un saludo.
Los padres son los eternos olvidados. Bueno, no sé si olvidados, pero sí creo que dan un paso atrás en los afectos que ya están establecidos cuando llega un hijo; supongo que tiene que ver más con compartir el tiempo, que sigue siendo el mismo, que con el cariño. Pero no puedo hablar en primera persona y no he encontrado a ninguno que me explique cómo se siente, así que agradezco infinito tus palabras, Alfonso. Lo que sí puedo decir, e incluso grita a los cuatro vientos, es que yo no podía querer más a mi padre, era imposible.
Un saludo
¡Queeé bonito…! 👏👏👏
Qué alegría, Antonio. Otro hombre que opina.
Gracias, muchas gracias.
¿Somos raros…? 🤣😂
Nooooo (bueno, alguno habrá, como en todas partes 🤷♀️). Pero parece que he conseguido «hacerme entender», y no es fácil, no te creas.
💕
Cómo me gustan tus juegos de palabras “Me dejó plantado en la primera cita” ¡Que bueno!
Lo mejor de tus relatos es que cada uno puede hacer su propia interpretación. En esta ocasión, la que yo quiero ver, es una llamada de atención a lo dañinos que pueden ser los celos, pudiendo incluso llegar a ser destructivos para una relación, si no son manejados adecuadamente.
A pesar de toda su frondosidad, nuestro protagonista se siente ignorado y marginado. No es capaz de ver que es normal que una madre esté continuamente al cuidado del bebé y que cuando se encuentra libre de tareas, está tan agotada que no se puede dedicar a él.
¡Genial!
Besos
El mérito es de las palabras, que sirven para casi todo: puedes hablar con ellas, jugar, construir puentes, casas y castillos, guardar silencio, ponerles música y cantar, escribirlas, tacharlas, interpretarlas, tirárselas a alguien a la cara y sacarle un ojo, guardarlas en el bolsillo, regalárselas a un amigo, prestarlas, olvidarlas, traducirlas y, lo mejor, usarlas para acariciar con ternura a las personas que quieres -(qué guapo estás hoy, me gusta esto que has hecho, gracias, por favor, me alegra verte,…)-. Pues eso, que me encanta que juegues, Javier, y que hagas tuyas mis palabras y las interpretes y las leas y me cuentes y me animes y compartas este micromundo conmigo.
Gracias, muchas muchas gracias.
Un beso
Me ha encantado. Precioso.
Me alegro (aunque suene a lo de siempre). Mil gracias, Azurea. Intentaré seguir encantando.
Bendita la madre naturaleza que dicta sabias leyes sin escribirlas.
Y haciendo un paréntesis te pido autora, permíteme dirigirme al protagonista de tu relato y decirle…
Cuando una mujer se convierte en madre no significa que su corazón se divide en dos partes y el esposo queda con la porción más pequeña. Ocurre que ha nacido en ella otro nuevo corazón que genera un amor distinto, una manera de querer diferente, un sentimiento atípico a cualquier otro. Te repito, no te dejó de querer, ocurre que se sumó en ella otra nueva razón para vivir.
Margarita, tus letras incitan al pensamiento, la imaginación y la reflexión. Me encantó la analogía que haces con la madre naturaleza y parafraseando tu tema… las letras son parte de tu propia naturaleza, escribir te sale del alma.
¡Gracias por tu trabajo, lo he disfrutado a plenitud!
Tu comentario nos alegra a los dos: a mi personaje, que en definitiva es el protagonista de la historia y el que merece todos los reconocimientos, y a mí, que he intentado darle voz (no sé si voto).
Como es lógico, solo puedo hablar de la maternidad» con conocimiento de causa», que diría alguno, pero siempre me he preguntado qué siente el padre; bueno, más que el «qué», el «cómo». Sin duda hay un cambio en la relación de la pareja, hasta ahora solos, y ambos tendrán que hacer equilibrios (como ante cualquier cambio, aunque suene prosaico).
Muchas gracias por tus palabras, Juan Carlos. Creo que sí, que escribir me sale del alma incluso cuando no me sale nada.
Un saludo
Buenos días, Margarita.
Me suena esta maravillosa metáfora.
😅😂😂😂
Un hijo es lo más grande que te puede dar la vida, pero también es verdad que te desaloja de su corazón. Al menos de su «prime time». 😝
¡Qué fabulosa y preciosísima forma de decir las cosas tienes, poetisa de mi corazón! 😍😍😍
Felicidades y gracias por alegrarme el lunes con tus delicatessen.
Un abrazo.
Buenos días, Jose Antonio.
Qué verdad es que un hijo te pone la vida patas arriba. Por suerte existen los segundos tiempos en los partidos, y hasta las prórrogas.
La alegría es mutua: tus comentarios acarician el ánimo (que debe de ser algo muy parecido, si no igual, al alma). Una buena forma de empezar la semana. Y el otoño, que ya está aquí, aporreando la puerta.
Un abrazo
Que relato tan bonito y que bien juegas con las palabras para escribir sobre un tema tan real y antiguo como la vida misma: los celos.
Hacía tiempo que no me pasaba por aquí y sigue siendo una gozada leerte.
Un besazo Margarita
Estaría muy bien que los celos se pudieran podar, ¿verdad?
Me alegra tu regreso. Sabes que aquí, y en cualquier lado, siempre me alegra verte.
Un beso grande, Aurora
Que vida más dura la de los arboles
Pues sí, todo el día plantados y con las ramas al viento. Aunque ahora que nos da por quemarlos… En fin, que se me va la lengua.
Es precioso este relato. Enhorabuena, Margarita.
Me alegra que te guste, Mercedes.
Gracias por venir hasta aquí y comentar 😊
Waoo! Increíble relato. Estoy encantado de poder encontrar este Blog de Margarita del Brezo.
Pues no sabes la alegría que me das, Armando. Muchas, muchas gracias 😊