Te echo de menos. Sí, también hoy. Ya sé que es cuestión de tiempo, pero a veces el tiempo es demasiado largo y mi paciencia es cada vez más corta.
Esta mañana he recordado aquella tarde en la que te caíste del columpio. Cuando te ayudé a levantarte pude comprobar que las lágrimas rodaban por tus mejillas a la misma velocidad que la sangre por tus rodillas. Y el chaval ese que se divertía poniendo la zancadilla y empujando a los demás, ¿lo recuerdas?, pues ese chaval, al verte, se paró en seco y empezó a vomitar carcajadas estridentes y desafinadas mientras te apuntaba con el dedo y te llamaba llorica. Entonces tú le dijiste bien alto, con un aplomo impropio de tu edad y de tu estatura, que a lo mejor si él aprendiese a llorar, no necesitaría burlarse de los demás. Luego te secaste las lágrimas con las palmas de las manos y, como las tenías llenas de tierra, se te quedó la cara tiznada, igual que si te hubieras camuflado para ir a la guerra.
Pero para cara, la de la gente. Después de oír tu respuesta, todo el mundo que estaba en el parque se quedó en silencio, inmóvil, como si la Tierra hubiese dejado de girar por momentos. Tan solo un gorrión se atrevió a gorjear antes de alzar el vuelo. Parecía feliz.
Volvimos a casa y te limpié con agua las heridas. Lo más seguro es que no te quede cicatriz, te dije. Y así fue.
Lucía no estaba, la había llevado el tío Fernando al quiosco, y no se enteró de nada. ¡Menos mal porque la que habría armado! Lucía y tú, tú y Lucía. Siempre unidos. Hermanos. Confidentes. Más que amigos.
Ese día, antes de que tú te cayeras en el parque, recibí una llamada del colegio de Lucía. La maestra había vuelto a castigarla por romper en pedazos todos los estereotipos sexistas de la clase y tirarlos a la papelera. El director estaba recomponiéndolos con celo cuando entré en su despacho. Muy enfadado me amenazó con expulsarla del colegio si no aprendía a comportarse. Menos mal que intercedió una maestra joven y recién llegada y todo quedó en una simple reprimenda. Aunque volvió a hacerlo. Un montón de veces. Ya la conoces, desde bien pequeña con unas ideas tan grandes que parecía imposible que le cupieran en el cuerpo. Y tú bien orgulloso de ella. Y yo, de los dos.
Me encantaría que todo esto que te estoy contando se hiciera realidad. Quién sabe, quizá algún día tropiece con tu padre en la parada del autobús, o me preste su paraguas un día de sol, o se escape de las páginas de un libro y venga hasta aquí para escribir conmigo vuestra historia, una de verdad. Eso espero. Porque hace falta mucha gente como vosotros para cambiar el mundo. Y también ganas, esfuerzo y valor para que tú y Lucía dejéis de ser solo unas líneas impresas en otra carta sin remite.
II Concurso de relatos «Una carta a un hijo» organizado por la escritora y farmacéutica, Esperanza Ruiz Adsuar,
en colaboración con Posmodernia y las Bodegas Matsu (Denominación de Origen Toro).
41 ideas sobre “BASADO EN HECHOS FICTICIOS”
Feliz Año Nuevo. 😊
Feliz Año Nuevo, Tom 😃
Un buen relato para empezar el año. Cargado de ilusión, esperanza y fuerza.
Gracias por compartirlo con nosotros.
Feliz año!
Que no nos falten las fuerzas, ni las ganas, sobre todo el primer día.
Gracias a ti por leer, David, y por venir hasta aquí.
¡Feliz Año Nuevo!
Una historia verdadera, bella y entrañable para empezar el año. Gracias
Son los lectores los que dan credibilidad y emocionan a las historias así que gracias a ti, Alfonso.
Ojalá en el Nuevo Año sigamos creando y creyendo.
💜
💗
Hello Margarita,
Happy New year to you☺
Hi, Amit.
Happy New Year to you too 😊
A lovely hope-filled story for a new year! Thank you.
Have a happy healthy and wonder-filled new year 🤩😘🙏
I would love to know how to speak English to write better comments. This year I hope to learn with your help.
Thanks a lot!
I already write down this phrase: Have a happy healthy and wonder-filled new year too. 😊🥂💕
I wish I could speak Spanish! I would love to better understand your language! 😍
Go it!
Con esto del toque de queda, en lugar de estar resacoso como correspondería a tal día como hoy, me he levantado lo suficientemente despejado como para poder comentarte. Me ha parecido un relato motivador, muy apropiado para encarar el nuevo año con un poco más de esperanza.
A lo largo de nuestra existencia conocemos personas, que cuando se cruzan en nuestro camino, nos inspiran, nos abren la mente con su presencia, y nos hacen ver que hay un mundo de posibilidades para cambiar y ser mejores. Lucia y su hermano son de ese tipo de personas, aunque al ser ficticios me hace pensar que no son más que el fiel reflejo de quien aporreó el teclado para crearlos.
Feliz Año!
Besos
Jo, he leído tu comentario ni sé la de veces y solo puedo decir que me hubiera encantado compartir brindis y dar el cante y tener que levantarme tarde hoy para recuperar el tiempo y los sueños perdidos en la bruma nocturna, pero casi que esta variante me gusta también y me gusta mucho porque… ¡qué cosas más bonitas me dices! Ojalá pudiera ser para alguien ese tipo de persona que describes de forma tan precisa. Mira, puede ser un buen propósito de Año Nuevo. Y tú podrías ser mi maestro. Y conjugamos así varios tiempos verbales del verbo «poder», y del «querer» en todas sus acepciones.
¡Feliz Año!
Besos
¡Pero que maravilloso relato para empezar el año, Margarita!
Me recuerda a una de mis últimas películas favoritas del pasado, «Soul», que muestra cómo van «formándose» las almas antes de bajar a la Tierra y encarnarse en un cuerpo. Así, estos personajes ficticios lo son y no lo son, porque solo ser capaz de imaginarlos ya implica que son posibles, que su esencia, su alma o su carisma tienen cabida segura en jóvenes de hoy. Con esa esperanza te deseo a ti y a quienes se pasan por este inspirador espacio, un muy feliz Año Nuevo. Y un abrazo enorme.
Aprendo de tus comentarios, Ana, y vi «Soul» anoche. Me alegré además del momento elegido. No sabía de qué iba y sí, esas almas son como personajes que todavía no han sido escritos. Ojalá fuera así de sencillo, ¿verdad?: entrar en una fábrica del carácter, escribir tres líneas descriptivas,…
Pero la esperanza no puede faltar, además los hechos no siempre son ficticios, y eso la mantiene en pie.
¡Feliz Año! Salud y un abrazo.
P.D. Me he preparado con un buen arsenal de palomitas.
Como siempre muy bonito y esperanzador. Que tengas muy buen año con abundancia de salud y amor 🥂
Gracias, CarMac. Me alegra que hagas una escapadita hasta aquí.
Salud y Feliz Año para ti también. 😊🥂
Precioso, Margarita.
Qué arte más grande para ir colando esta historia, despacito y sigilosa y, sin que te des cuenta, te explota dentro.
Yo tengo la suerte de tener un hijo que ya está en la Universidad y si la suerte le acompaña un poquito, en un par de años será un gran Físico. Espero que contribuya a cambiar el mundo para mejor, como «los tuyos».
Un abrazo.
¡Qué orgullo los hijos!
Seguro que si al tuyo le has dicho cosas tan bonitas como las que dedicas a esta historia, estará más que preparado para cambiar el mundo y hacer de él un lugar en el que vivir sea una alegría. Porque nuestros hijos están llenos de historias, y muchas de esas historias las escribimos nosotros.
Un abrazo, Jose A., y salud.
De verdad o de ficción, una gran historia, esos niños diferentes a los demás que se rebelan al mundo al que han llegado…
Lo bueno de escribir ficción es que podemos salvar al protagonista y rebelarnos camuflados en la piel de los personajes, aunque no sé si eso será muy efectivo en la vida real.
Saludos, Juan Carlos, y gracias por comentar.
Pues ya sabes eso de que la realidad siempre supera la ficción…
Me ha encantado .
Harta de prejuicios , estereotipos y etiquetas .
Por todos los valientes que cambiaran el mundo .
Felicidades!
Brindo por ellos yo también. Y por abrir más libros para liberarlos de la oscuridad de una página cerrada y, ya de paso, igual se libera nuestra mente también.
¡Gracias, Eva, y por duplicado!
El ser humano tiene fondo, hay que buscar a veces pero no hay que perder la esperanza en él .
Lucia y su hermano, hoy son ficticios, pero existen, seguro!
Hay buenas personas esperándonos más allá de tus micros. Para empezar quien les da vida.
¡¡Feliz Año Nuevo!!
A mí no me cabe duda de que existen, hasta los conozco y todo. Y a Esperanza también la conozco. 😉 Es que si no esto de «vivir a secas» sería muy complicado.
Mis mejores deseos en este nuevo año que acaba de comenzar para toda la familia y que pronto podamos darnos un abrazo, que ya toca. 😍😘
Me ha gustado mucho, compañera. Esperemos que el año que entra sea como esos hijos ficticios y se convierta en una fantástica realidad. Te deseo un gran año para ti y toda tu familia.
Apertas!!
Ojalá, Gerardo, no será por ganas. De un tiempo a esta parte no sé si es ficción o realidad lo que escribo porque a veces creo que me he colado en las páginas de un libro y alguien ha pasado página conmigo dentro. En fin, que sigamos contando y fotografiando y «gerundeando», que será buena señal.
Mis mejores deseos también para ti y los tuyos en este nuevo año.
Apertas!!
Maravilloso relato. Excelente final.
Gracias por comentar, Ana. Me alegra que te guste.
Ahora solo falta que la próxima vez esté basado en hechos reales.
Felicidades. Ligera de pluma, sensible, pero lejos de la utopía.
La utopía solo sirve para marcar la dirección de nuestros pasos (y para desesperarnos a veces por su inaccesibilidad), pero sirve, eso es lo importante. Una vez localizada, toca ponernos manos a la obra.
Gracias por tus palabras, Joan.
Margarita, es un relato excelente, de esos que lees y relees.
Aún basado en hechos ficticios, la historia me parece tan real.
Genial 👏👏👏👏
Besos
Bueno, ya sabes que a veces los personajes salen rebeldes y se empeñan en traspasar párrafos y páginas y al final hay que ponerles un plato en la mesa 🤷♀️
Gracias por leer y comentar, Javier.
Besos.
«if people had learned to cry, they wouldn’t have made fun of others»
Especially love that part! 🙂 Cheers!
I’m glad your comment and know your opinion.
Thank you very much for your visit, Kutukamus.
Cheers!
Extraordinario
Me alegra mucho que te guste, Ana.
Gracias por venir hasta aquí.