No recuerdo cuándo se instaló con nosotros Apatía, pero sí el día en que la muy cobarde salió huyendo porque a mi mujer le encontraron un pequeño bulto en el pecho. Ocuparon su lugar Incertidumbre, Miedo y Rabia, mucho más ruidosos, rebeldes y reacios al orden.
Accésit
3 entradas
Cuando dormía como un angelito en la cuna nada hacía presagiar que su gran pasión sería el atletismo. Era una niña tranquila y yo, su ángel de la guarda, disfrutaba perezosamente a su lado. Pero fue aprender a andar y ya no parar de correr. Agotado, en su quinto cumpleaños […]
Como en todas las historias tristes que se precian, la lluvia arrecia en el momento de darle sepultura y el pequeño grupo se dispersa rápidamente en cuanto el cura termina el responso. Tan solo ella permanece con la mirada clavada en la tierra recién removida. Coloca una rama de brezo […]