No recuerdo cuándo se instaló con nosotros Apatía, pero sí el día en que la muy cobarde salió huyendo porque a mi mujer le encontraron un pequeño bulto en el pecho.
Ocuparon su lugar Incertidumbre, Miedo y Rabia, mucho más ruidosos, rebeldes y reacios al orden. Aun así nos acompañaron a todas las pruebas médicas y no se perdieron ni un solo detalle de la operación.
Un día Rabia, en uno de sus ataques incontrolados, pegó un portazo y, sin despedirse siquiera, se marchó, dejando a Miedo e Incertidumbre desvalidos, asustados y totalmente descolocados. Terminaron por irse al cabo de unas semanas hartos de las visitas que empezaron a llegar cada vez con más frecuencia, como la de Serenidad y Esperanza, mujeres vitalistas, enérgicas y positivas que lo mismo ayudaban a hacer la cama, que traían exquisitas recetas caseras o nos contaban chascarrillos de lo más divertidos.
Alguna vez se dejaban caer por la casa Angustia y Tristeza, siempre disfrazadas de Compasión, pero aprendimos a no hacerles caso y se morían de aburrimiento.
Ahora vivimos con Confianza e Ilusión.
Y Amor, que se pasaba el día encerrado en el cuarto de invitados, deambula sin pudor por toda la casa.
Accésit en el I Certamen relatos cortos sobre el cáncer «Rompe el tabú: llámalo cáncer». aecc Junta provincial de Teruel.
8 ideas sobre “EMOCIONES A FLOR DE PIEL”
¡Bonito encadenamiento de sentimientos! Y es que en eso consiste la vida: en experimentar todos esos sentimientos tan humanos.
Unos sentimientos gustan más que otros, pero todos son necesarios para ponerle nombre a lo que nos pasa.
Tu visita me ha producido uno que se llama alegría.
No hay duda que el diagnóstico de un cáncer es un golpe brutal. Tiene que colocar a la persona en una situación de incertidumbre e inseguridad tan intensa, que seguro que hace que afloren todas las emociones y sentimientos que tan magníficamente has descrito y con las que no hay más remedio que afrontar la situación. Me ha gustado mucho. Me ha parecido un relato precioso y además, con un final muy bonito que invita a la esperanza. Enhorabuena!
La palabra «cáncer» duele incluso cuando solo la escribes. Mi manera de enfrentarme a ella ha sido dejando una muesca en los renglones para que entrara Esperanza, tan discreta y elegante ella y siempre con aire de reserva para respirar hondo.
Aunque no nos engañemos, son muchos, siempre demasiados, los casos en que las lágrimas emborronan la historia porque no queda otra que escribir «fin».
Gracias por colarte tú también entre mis párrafos y añadir palabras nuevas a las historias.
Muy bonita, me encanta.
Gracias, CarMac. Ojalá todas las historias tuvieran un final como este.
Un abrazo
Me ha venido a la cabeza «Del revés» («Inside out»), donde Pixar compuso todo una joya de la animación al servicio de una historia ejemplar en la representación de las emociones.
Tu microrrelato es otra joya, máxime abordando un tema tan delicado que se ha llevado tantas vidas… Felicidades y gracias por compartirlo.
Entiendo muy poquito de cine, por no decir nada, pero «Del revés» me encantó y, como dices tú, me pareció que trataba muy bien el complicado y apasionante mundo de las emociones. Así que tu comparación me produce asombro, dicha, alegría, orgullo, satisfacción, contento, entusiasmo, gozo, compromiso, fortaleza, logro, júbilo, motivación,… Y por supuesto, agradecimiento.