EMOCIONES A FLOR DE PIEL

No recuerdo cuándo se instaló con nosotros Apatía, pero sí el día en que la muy cobarde salió huyendo porque a mi mujer le encontraron un pequeño bulto en el pecho.

Ocuparon su lugar Incertidumbre, Miedo y Rabia, mucho más ruidosos, rebeldes y reacios al orden. Aun así nos acompañaron a todas las pruebas médicas y no se perdieron ni un solo detalle de la operación.

Un día Rabia, en uno de sus ataques incontrolados, pegó un portazo y, sin despedirse siquiera, se marchó, dejando a Miedo e Incertidumbre desvalidos, asustados y totalmente descolocados. Terminaron por irse al cabo de unas semanas hartos de las visitas que empezaron a llegar cada vez con más frecuencia, como la de Serenidad y Esperanza, mujeres vitalistas, enérgicas y positivas que lo mismo ayudaban a hacer la cama, que traían exquisitas recetas caseras o nos contaban chascarrillos de lo más divertidos.

Alguna vez se dejaban caer por la casa Angustia y Tristeza, siempre disfrazadas de Compasión, pero aprendimos a no hacerles caso y se morían de aburrimiento.

Ahora vivimos con Confianza e Ilusión.

Y Amor, que se pasaba el día encerrado en el cuarto de invitados, deambula sin pudor por toda la casa.

Accésit en el I Certamen relatos cortos sobre el cáncer «Rompe el tabú: llámalo cáncer». aecc Junta provincial de Teruel.

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