El futuro le estalló en las manos mientras manipulaba los hilos del destino.
Se casaron la hormiga y la cigarra y vivieron de fábula.
Un error en la numeración de las páginas, eso fue lo que me salvó la vida. La 512 ocupó el lugar de la 125 y así me enteré de que el novelista pensaba matarme. Bueno, él no, o al menos no directamente: iba a utilizar a mi mejor amigo.
Soy invisible, pero nadie lo ve. Tuit publicado en el libro. Si se te sube a la cabeza es que no tienes los pies en el suelo. Tuit seleccionado para la «Canción del verano».
Los mosquitos #picaron a la mujer que yacía desnuda sobre la cama; con cada impulso, el hombre notaba que la muñeca se desinflaba. ¿#Amarte dices? ¿Y cómo? Apenas me queda tiempo con el trabajo, la casa, los niños y mi marido. Tuits ganadores. Hay gusanos que se creen […]
Fue el día que cumplí ocho años. Mi madre me regaló una carpeta y una copia de las llaves de casa. Cuando llegué del colegio la encontré tendida en el suelo. Cubierta tan solo con una pequeña toalla, quedaban a la vista sus numerosas cicatrices y los moratones más recientes. […]
El nuevo trabajo que me habían asignado era todo un reto; muchos lo habían intentado antes sin lograrlo y esa responsabilidad me ponía nerviosa. Comprobé el equipo de buceo y me sumergí. A medida que descendía, el frío, el silencio y la oscuridad se hacían más intensos, pero el espectáculo […]