La cinta de vídeo vuelve a atrancarse, ¡qué rabia! De tantas veces como la he visto los colores están desgastados y las voces son tan solo un murmullo ininteligible, aunque no me importa. El problema es que como ahora no se utilizan estos aparatos, no hay nadie que los arregle. Que ya no hay piezas de repuesto, dicen, y me miran con una mezcla de lástima e incredulidad mientras intentan venderme un teléfono de esos con cámara incorporada.
Mi hija les da la razón y me repite machacona que debo modernizarme. ¿No ves que en esa cinta estamos todos?, intento explicarle, y si te fijas bien hasta puedes ver al futuro de refilón detrás de nosotros. Pero nada, no hay forma de que lo entienda, sigue empeñada en que me deshaga de él. Y en llevarme a una residencia.
18 ideas sobre “SIN ARREGLO”
Ya hasta las personas no tenemos arreglo!!
Me ha encantado como lo has enfocado el problema de los mayores y sus consecuencias. Eres una maga!!
Besicos muchos.
En cuanto empiezan a salirnos las primeras goteras, dejamos de ser útiles y de nada sirve nuestro arsenal de recuerdos ni la cantidad de pasado que atesoramos. Pero no todo está perdido, siempre queda algún artesano que sabe dar con la tecla 😉
Un montón de besos, Nani 🥰🥰
Que depresión me ha entrado después de leer el relato. Yo que tuve uno de los primeros aparatos de video Betamax (luego me pasé al VHS), y ahora resulta que cualquier día me veo en una Residencia!.
Es evidente que, en cierta medida, la brecha entre lo analógico y lo digital nos ha pillado desprevenidos. No obstante, aunque ya casi no recuerdo como era la vida sin Internet, doy gracias por haber tenido una infancia sin la susodicha tecnología. No teníamos móviles, ni video juegos, ni falta que hacía. Corriendo al aire libre, saltando, con un balón, con canicas o chapas, manchándonos, incluso haciéndonos daño, y siempre en compañía de otros niños. Únicamente era necesario tener ganas de divertirse para pasar grandes momentos de la vida.
Los jóvenes de hoy alucinarían viendo que la verdadera función de un bolígrafo BIC no era la escritura, sino que se utilizaba para rebobinar las cintas de cassette, o que en la distancia nos comunicáramos por carta (una pena que se haya perdido ese arte, el de escribir cartas).
No quiero decir con esto que estoy contra la tecnología, al revés. Sin ir más lejos, seguro que esta pandemia hubiera sido mucho más dura sin ella.
Sin embargo, cada época tiene sus propias peculiaridades y yo me alegro de haber vivido la que me tocó. Eso sí, espero que aunque haya sido usuario del VHS, pasen unos cuantos años antes de que consigas que me encierren en una Residencia! Jajaja.
Muchos besos
Nuestra infancia es tan rica como lejana. Y eso (la lejanía) nos permite ser testigos de la vertiginosa evolución tecnológica que ha tenido lugar y que continúa su marcha sin freno. Porque quién no recuerda ver en la tele rechoncha y con las esquinas redondeadas de nuestro salón a unos hombres venidos del futuro con trajes psicodélicos que hablaban con teléfonos pequeños y sin cables, y ya la repanocha cuando lo hacían a través de videoconferencia, y ya ves en lo que ha quedado: a todas horas presente.
No sé si nuestros hijos notarán tanta diferencia, creo que va a ser difícil, igual con los robots, que podrían llegar a ser como una mascota y, en el peor de los casos (o igual mejor, no sé, daría para un largo análisis este asunto), uno más de la familia.
En fin, intenta no deprimirte mucho con mis historias, no son más que esos, historias de una que también uso el bic para rebobinar cintas y que alucinaba con las películas de vídeo y los radiocassettes de doble pletina, ¡la doble pletina era la caña!
Y no, no creo que a ti te encierren pronto en una residencia, te queda cuerda para rato (ventajas de ser analógico).
Muchos besos
Dió qué bueno. Qué maravilloso bombazo final!!!
👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
Algunos, más que un videocasete viejo, somos más como una lavadora cansá: tragándonos la vida llena de suciedad e intentando escupirla luego oliendo a flores. Tampoco tenemos mucho futuro. 😅
Un abrazo.
Pues mira, Jose A., esa analogía de la lavadora que pones es para ponerte una estatua. Porque tiene mucho mérito hacer del mundo un lugar mejor y plantar flores en mitad de la apestosa suciedad. Si las personas así no tienen futuro es que estamos todos muertos y sin esperanzas de resucitar.
Y para aceptar eso van a tener que matarme.
Un abrazo y a seguir dando guerra, toda la que podamos y después, más.
Mis cintas de VHS también están jodidas. Tanto, que las enterré en el cementerio de mi pueblo.
Es otra opción, darles «cristiana sepultura», como se decía antaño.
Quedamos obsoletos nosotros también. Saludos!
En cuanto dejamos de ser útiles, nos arrinconan en el trastero. Una lástima, somos la memoria de nuestros jóvenes.
Gracias por comentar, Franco.
Un saludo
Menudo final , inesperado .
Si los hijos no saben ver el futuro en esas antiguas cintas de VHS, están condenados a repetir la historia .
Me ha encantado !
Algunos finales son así, inesperados. O anticipados. O sin salida. Sobre todo si, como bien dices, repetimos la historia equivocada. Nuestros mayores son nuestra memoria por mucho que nos empeñemos en relegarlos al olvido.
Gracias por comentar, Eva. Como siempre.
El futuro será de nuestros hijos, pero el presente es mío y con todos los adelantos que hay, seguro que encuentro quien con mis viejas cintas Beta o VHS haga un montaje de recuerdos en un formato actual, acorde con las nuevas tecnologías y acorde con las mentes de nuestros hijos.
Hay que reinventarse y evolucionar o… me temo lo peor.
¡Esto es lo que hay!
Me ha encantado y el final volvió a sorprenderme.
Un besazo
El presente no nos lo quita nadie, pero de nosotros depende cómo queremos vivirlo y dónde guardar nuestros recuerdos. Yo también soy partidaria de evolucionar, imposible no hacerlo, y de cambiar de marcha para adaptarme al camino. Y pisar fuerte. Y dejar huella. Aunque a veces lo que más me apetece es quitarme los zapatos y que ande otro.
En fin, que el único final que nos sorprenda sea el de estas pequeñas historias. El nuestro ya lo escribimos nosotras.
Un beso grande.
la vida y la tecnología van de la mano, aunque la última va al triple de velocidad, no sé en que piensan las tecnológicas dejando atras a los mayores, unos estupendos clientes potenciales, yo tengo demasiados recuerdos en VHS como para no transformarlos en otros formatos, siempre me digo que lo tengo que hacer pero siempre lo dejo para más adelante, craso error. Muy bueno el micro.
Yo los tenía (los recuerdos en VHS), pero se perdieron en algún lugar y la verdad es que los echo de menos porque a determinada edad la memoria necesita de toda la ayuda posible. Y porque algunos protagonistas ya no están por aquí y sería maravilloso volver a oír sus carcajadas.
Ser «mayor» es lo mejor que nos puede pasar, les guste a las tecnológicas (y a nuestros hijos) o no.
Gracias por leer y comentar.
Un saludo
Yo veía videos en VHS, ahora ya no los tenemos más…
Muy pocos son los que aprecian lo bueno de antes… Pero hay gente que lo hace
Un abrazo!
Fue todo un invento el VHS. Era como algo mágico grabarse y poder verse luego en la televisión, ¿verdad? Ahora, con tantos avances como hay, es complicado explicar esa sensación que se tenía entonces. En fin, disfrutaremos de lo que tenemos, que tampoco está mal. Por ejemplo, poder darte las gracias desde aquí por leerme y comentar y enviarte un abrazo.