Fue recién empezada la primavera. En el patio de atrás. Recuerdo que no había parado de llover las últimas semanas. Cuando salí a podar la exuberante hierba, observé atónito que había brotado una mujer. Era muy joven todavía. Y hasta bonita si le apartabas la maleza de la cara y te fijabas bien.
Como a mí no me gustan las mujeres, intenté arrancarla de raíz, pero tan solo conseguí desprenderle los brazos del cuerpo. Entonces eché fungicida en sus ojos, aerosoles que eliminan las malas hierbas, excrementos para ahuyentarla con el olor. Nada. Ella, tozuda, cada vez más alta y espigada. Incluso llegué a creer que no dejaba de llorar para regarse con sus lágrimas y sobrevivir, por eso un día, harto, le corté la cabeza. Me equivoqué. Años después, ahí sigue, fuerte como un roble, con los pies bien plantados en el suelo.
Y parece que va a florecer.
2º Premio en el Concurso de microrrelatos de SOL CULTURAL 2021
Relato basado en la fotografía de Alba Pérez Fernández
24 ideas sobre “RESILIENCIA”
Eres increíble Margarita
No soy yo, es la imaginación, que no para quieta.
Gracias por venir hasta aquí, Carmen 😘
Precioso micro. Como todo lo que haces. Un placer leerte.
Así da gusto escribir, incluso cuando no hay ganas o poco que decir.
Muchas gracias, Juanma.
Muy original y potente. Me encanta lo que cuenta y lo que transmite. Excelente. Saludos.
Vamos a contarlo de todas las formas posibles, y del derecho y del revés, para que todo el mundo pueda entenderlo, a ver si así…
Gracias, Santiago.
Un saludo
¡¡¡Wow, Margarita!!!
Sabes que es difícil dejarme sin palabras, pero esta vez me noqueaste.
¡Es una metáfora tan linda y dura, al mismo tiempo, sobre la fortaleza femenina!
Aunque, se me ocurre… ¿Es una crítica soterrada sobre la coyuntura de las mujeres floreros y encima vapuleadas? 😱😍
Enhorabuena por tu creatividad, tu imaginación y, en resumen, tu talento.
Espero que estas fiestas os colmen a ti y los tuyos de tanta felicidad que no deis a basto para almacenarla y tengáis que regalar un poquito. 😉
Un abrazo de polvorón y turrón de cocholate.
Mmm, aquí sigo, chupándome los dedos con tu dulce abrazo -seguro que algún resto de turrón aparece entre las letras- y disfrutando de tus lecturas, porque siempre haces más de una y de dos.
Empecé a celebrar la Navidad la semana pasada. Por si acaso. Y me traje una caja llena de besos y cariño lista para usar cuando la nostalgia se pega al suelo del pasillo y no hay fregona que valga.
Levanto mi vaso de té y un trozo de tostada y brindo por ti y por la felicidad que nos rodea, aunque a ratos no la sintamos.
¡Un abrazo, Maestro!
Cómo me ha gustado, Margarita, y sobre todo que siga ahí, bien plantada. Ya nos contarás cuando florezca
Espero que sea ella la que os lo cuente. Y que haya flores para todos.
Muchas gracias, José Miguel.
Qué bueno, Margarita. Una mujer bien plantada, sí señora.
Aunque la tierra no sea propicia, intentar florecer. O echar alguna hoja al menos.
Gracias, Aurora.
¡Qué metáfora más bien plantá! Enhorabuena. Me ha encantado. Un abrazo 😉
Después de tu comentario ganas me dan de echar raíces. Y florecer, por supuesto.
Un abrazo, Silvia, y mil gracias.
Me ha encantado tu relato, Margarita. Como ya han comentado, una bella alegoría de la fortaleza femenina, por más que persistan quienes les gustaría abatirla…
En mi inevitable pensamiento cinéfilo, me has recordado la alocada película de José Luis Cuerda «Amanece, que no es poco», una de cuyas más curiosas microhistorias la protagonizaba un hombre que brotaba de un bancal, situación por la que un labriego de la zona aconsejaba a Elena, dueña de las tierras: «Pues ya sabes lo que tienes que hacer , arrancarlo y trasplantarlo. Se te puede morir en el cambio, pero si no estás perdida. ¡Tú no sabes lo que chupa un hombre…! Te deja la tierra seca». Elena no sigue la recomendación. En contrapunto a tu relato, le puede el amor…
Un gran y cinéfilo abrazo.
A mí me encantan tus comentarios, Ana, y lo que aprendo con ellos.
Esta vez, por fortuna, sí conozco y reconozco la película: ¡una maravilla! A veces, cuando los días se hacen taaan largos que dan ganas de podar una hora por aquí y otra por el otro lado, utilizo su título para decirme eso de «he amanecido, que no es poco» y tiro p’alante, aunque ande marchita.
Gracias, una vez, más por pasarte por aquí.
Un microabrazo
Enhorabuena Margarita. Es excelente tu relato, me ha encantado!!
Besicos muchos.
Muchas gracias, Nani. Que no dejemos nunca de florecer 🌼
Un montón de besos
Buenas tardes, Margarita. Es la primera vez que llego a tu blog. El texto me atrapó tanto que no pude resistirme a dejarte este comentario. Me ha fascinado la intensidad de la prosa, todo lo que sugiere, todas las ideas que caben en tan pocas líneas. Un placer de lectura.
Ariel
Hola, Ariel. Nada hay mejor que atrapar a un lector entre las líneas que escribimos.
Gracias por venir hasta aquí. Y por el placer que me produce tu comentario.
Un saludo
Fantástico, como siempre! Toques el tema que toques le sacas su jugo, le das la vuelta y nos tienes expectantes hasta el final.
Gracias por estos ratitos de lectura «cortita» con tus microrelatos.
Y sobre todo aprovecho para mandarte un beso y desearos una Feliz Navidad!!!
Un beso enorme Margarita
Gracias, siempre, a ti por tus lecturas, Aurora. Y por ese entusiasmo que tanto me anima a seguir exprimiendo la imaginación.
Feliz Navidad también para vosotros.
Un beso grande para toda la familia
Me ha encantado la forma y el fondo del micro.
Un saludo.
Pues no se puede pedir más. Bueno sí, que no tengamos que escribir más historias como estas.
Muchas gracias, Ángel.
Un saludo