Voy a tener que quitar del catálogo lo de leer la mente de las personas, la lista de espera es tan larga que no me ha quedado más remedio que traerme el trabajo a casa.
—Cuánto falta, mamá —es la enésima vez que lo pregunta. El sudor le empapa las pestañas; también alguna lágrima atrevida que se apresura a borrar con las manos. Le ajusto el dorsal. Resopla.
¡Lo conseguí! Conseguí una reserva en el Bates Motel Radio y lo que me encontré al llegar fue digno de mención: unos anfitriones terroríficamente amables y un par de huéspedes
La investigación había sido muy larga e intrincada y los años transcurridos desde que ocurrieron los hechos dificultaron aún más la tarea. Sin embargo, el esfuerzo mereció la pena:
¡Noticia de última hora! Acaba de salir publicado mi primer cuento: «El sauce llorón que quería reír». Para peques de siete años en adelante y para todos los que no hemos superado todavía el complejo de Peter Pan. ¡Y que nos dure!
Siempre me ha gustado esta fotografía; tiene algo que no sé explicar. Al fondo, mis hermanos juegan al fútbol y celebran con alborozo cada gol que marcan entre dos troncos alineados que hacen de portería.
Estamos llegando a un punto de no retorno, Señoría. El comportamiento de mi defendida, que el Fiscal define como escandaloso, no es más que la consecuencia de su ansía por recuperar la vida de antes,