Se llamaba Felisa. Desde que tengo uso de razón la recuerdo vestida de negro de pies a cabeza. Lo único que dejaba a la vista de miradas ajenas eran sus manos nervudas y estrechas y la cara deslucida por una nariz prominente semejante al pico de un ave rapaz sobre […]
Abuelos
2 entradas        
Empezó a llorar cuando llegó el momento de ir al trastero. No conseguía acostumbrarse y eso que cada año, al menos una vez en cada cambio de estación, iban a dejar la ropa de temporada y todo lo que ya no utilizaban.
 
  
