No sé si voy o vengo desde que me presenté como voluntario para el estudio de la demencia.
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El ojo de la cerradura está insoportable. Cuando se puso rímel decidí no darle importancia. Empezó después con las sombras y el efecto ahumado y no le presté atención. Pero lo que no pienso soportar ni un minuto más son sus guiños insinuantes cada vez que me quito el pijama. […]
Ya estaban las zapatillas colocadas en la chimenea. La ilusión de los más pequeños hizo que me olvidara unos instantes de la nieve que se colaba por la ventana. Mi padre encendió una cerilla y todos aplaudimos cuando les prendió fuego. Esa noche dormiríamos por fin con los pies calientes. […]
Mi madre se ha enfadado mucho conmigo cuando, angustiada, paré en seco la lavadora esta mañana. Rápidamente saqué las sábanas y, todavía mojadas, las extendí con mimo y cuidado sobre mi cama. Antes prefiero sus gritos llamándome loca y descerebrada que confesarle que hace meses que duermo con un fantasma. […]
La primavera llegó tarde y se disculpó sofocada. Ruborizada y con el pelo desordenado, alisaba delicadamente su vestido de flores arrugado. Con una voz cálida, como de terciopelo, explicaba que las carreteras estaban bloqueadas después de la nieve caída en los últimos días. El invierno, sonrojado y todavía jadeante, sonreía. […]
Cada dos por tres se mete en camisas de once varas empeñado en buscarle tres pies al gato. Aunque le canto las cuarenta, él sigue en sus trece. –¡A vivir, que son dos días! –me dice sin darse cuenta de que, con solo una mirada, me transporta al séptimo cielo. […]
Los viernes tenemos fiesta en el cementerio y lo pasamos de miedo. Aunque últimamente estoy un poco agobiada: el cadáver del nicho de al lado se muere por mis huesos y no sé cómo hacerle entender que, después de conocer a tantos fantasmas, ya no creo en el amor eterno. […]