Al finalizar la quincena recogen sus pertenencias y se instalan de nuevo en sus camarotes de lujo. Se van muy contentos con la experiencia y prometen volver. De recuerdo se llevan algún esqueje de planta exótica, collares de conchas y caracolas para regalar a los amigos y fotos, sobre todo fotos para inmortalizar sus vacaciones y colgarlas en las redes sociales: que si cogiendo cocos en lo alto de la palmera, que si comiendo un espetón de sardinas crudas, que si trenzando troncos para hacer una balsa; en fin, lo típico. Cuando naufragué en esta isla desierta no imaginé que vendría tanta gente a visitarme. Es cierto que me dan ánimos para resistir y les estoy muy agradecido por ello, pero la escasez de recursos empieza a preocuparme.
#historiasdeviajes de Zenda
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6 ideas sobre “TURISTAS”
me ha gustado el relato, pero …………tu isla es de aguas en calma o de corrientes profundas?
Depende de por dónde le dé el viento.
O de la imaginación del lector.
Gracias por sortear las aguas procelosas y navegar hasta aquí.
Escribes muy bien, Margarita. Un placer para mí.
Muchas gracias, José Ángel, por tu lectura y por tus agradables palabras.
Un saludo
Tendrás que cobrar por dejarles hacerse fotos contigo 🙁
Créeme, prefieren un selfie con un coco ;-))