El museo está cerrado. Tan solo el vigilante se asoma de vez en cuando para espantarnos el aburrimiento. La ausencia de miradas empieza a hacer mella en nuestro ánimo. «¡Nos crearon para ser contemplados, esta situación es surrealista!», protesta uno desde el fondo. «¡Y cubista también!», añade el hombre de gris. «¡¿Y a esto le llaman progreso?, menudo decadentismo!», profiere otro.
Las voces se detienen cuando habla la muchacha: «hoy Madrid está precioso». Todos sabemos que es mentira, que desde su ventana solo puede ver el mar. Pero ella es así, fantasiosa, y la única que aplaude a las ocho.
Finalista en el I Concurso «Microhistorias desde el encierro». Museo Municipal «Museo de Historia de Madrid».
Dedicado a Manuel Bocanegra, que es capaz de pintar y aplaudir a la vez.
17 ideas sobre “PINCELADAS FANTÁSTICAS”
Genial. La fantasía es el más grande medio para transportarnos a cualquier confín. Además es el más barato y se puede viajar sin maletas e incluso sin mascarilla.
Qué haríamos sin ella, ¿verdad?
Entre Internet y la fantasía no hay rincón que se nos resista. O sí, pero vamos a fantasear con que no.
Un abrazo, Isidro y gracias por transportarte hasta aquí.
Yo, al revés. Me asomo a la ventana y digo ” que bonito está el mar ” y por unos instantes los tejados de Madrid se difuninan en la inmensidad del oceano.
Enhorabuena Margarita y que nunca muera la capacidad de soñar
Con una muchacha como tú en la ventana los demás tenemos la suerte de poder cerrar los ojos y dejarnos mecer por el sonido de tu voz mientras nos hablas de tejados hechos con espuma y sal.
Un beso, Aurora
Precioso relato Margarita. Enhorabuena.
Besicos muchos.
Me alegra que te guste, Nani, y que vengas hasta aquí a dejar un rastro de besos y colores.
Un beso grande
Quizá la Daliniana muchacha en la ventana es tan animosa y desbordante de fantasía -por cierto, como alguien que conozco- porque sabe algo que sus compañeros de sala desconocen, y es que, a pesar del encierro, seguimos contemplándoles virtualmente gracias a las nuevas tecnologías. Habría que trasmitirles que no desesperen, que poco a poco vamos avanzando y que comienza a verse la luz al final del túnel, por lo que más pronto que tarde, el museo Reina Sofía de Madrid abrirá nuevamente sus puertas, para volver a contemplarles en su máximo esplendor.
Cuando la realidad no acompaña, hay que ponerle una pizca (o un puñado) de fantasía a la vida. Porque a veces la luz que se ve al final del túnel no es suficiente para alumbrar la estancia que habitamos. Pero sí, mejor eso que la más absoluta oscuridad.
De todos modos tiene que ser una condena pasarse la vida asomada a la ventana, ¿no te parece? Si al menos se vislumbrara una puerta por la que salir. O Entrar.
Ahora que ya queda menos, no sé qué hacer con tanta locura.
Muy creativo .
😍
Ya no sé qué inventar, cualquier día pongo el mundo del revés 🙃
Tranquila, que te aviso primero para que te agarres.
Bello!
Muchas gracias, Quinny 🌸
Me superencanta. 🙂
Me superalegro 😌
Hola Margarita, me están encantando tus relatos! Quería preguntarte, donde puedo encontrar convocatorias de concursos? Veo que has participado en muchos yme gustaría saber donde encontrarlos. Gracias y un placer encontrarme en tu reducto!
Me alegra que te gusten los relatos, Antonio.
Para las convocatorias, hay una página web (escritores.org) en la que podrás encontrar numerosos concursos agrupados por género y fecha. Además puedes poner una alerta en google para que te envíen un correo cada vez que salga alguno. También me entero por los contactos de redes sociales, la mayoría escribe microrrelatos también. Espero que te sirva de ayuda. Ánimo y a por ellos.
Muchas gracias por la referencia Margarita, voy a husmear un poco y a ver a que puedo echarle el guante. Nos vemos por estos lares!