Diez horas llevaba corriendo sin parar. Estaba exhausta y a punto de desfallecer y no conseguía darle esquinazo. De nada había servido deshacerse de su querida guadaña, cambiar su indumentaria negra por un chándal y un dorsal e introducirse entre los asistentes de la San Silvestre Salmantina para despistarlo. El suicida la perseguía desesperado y estaba a punto de ganar.
Tercer Puesto en el IV Concurso de Microrrelatos «San Silvestre Salmantina 2016»
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2 ideas sobre “META”
Un final de fábula, merecedor de reconocimiento.
Un abrazo, Margarita
Si en la línea de meta encuentro tu comentario, el esfuerzo de la carrera ya ha merecido la pena.
Gracias, Ángel.
Un abrazo