Tiene que madrugar si quiere pillar sitio. Cada vez son más los que salen a pedir y hay que espabilarse para llegar el primero. Está harto de pelearse por las esquinas.
Camina deprisa, así espanta el frío. La lluvia es lenta y plácida, de las que empapan los cuerpos. Hoy tampoco ha desayunado y el hambre le revuelve el estómago. Al doblar la calle se da de bruces con una familia numerosa instalada en mitad de la acera. Esquiva por muy poco al más pequeño. Con esa carita de ángel es muy fotogénico, piensa sin poder evitarlo, y escupe una exclamación de fastidio sobre el asfalto. Se aleja con paso apretado, cabeza gacha, las manos en los bolsillos.
Elige al fin un trozo de calle seca y angosta bajo la cornisa de un edificio viejo, justo al lado de la entrada del metro. Alisa sus ropas mojadas y se aparta el pelo pegado de la cara. Saca el móvil, carraspea, sonríe, se hace un selfie y lo sube a las redes sociales. Luego, espera y, en cuanto pasa el primer viandante, le pide un like.
Finalista en el VIII Certamen de microrrelatos «Javier Tomeo» de temática social.
Asociación Literaria y Artística Poiesis y la publicación Compromiso y Cultura. Aragón.
27 ideas sobre “MENDIGO”
Muy bueno, para pensar y mucho. Saludos!
Da un poco de miedo no gustar lo suficiente. O lo que es peor, que nunca sea suficiente.
Gracias por pasarte por aquí, José Manuel.
Un saludo
Más tarde publicará lo que comió ese día?
Ojalá. Será señal de que se ha acordado de comer.
Sintechos invisibles para las Redes Asociales que buscan limosnas de ciegos llenos de frías pantallas.
Se buscan más likes que abrazos y alimentarnos de retuits sin interés.
Pero dónde se ponga un amigo que abrigue y un corazón que alimente, que se quiten las emociones virtuales.
Un relato lleno de realidad en un mundo fabricado de fantasías. Siempre llegas a lo más hondo con tus palabras escritas.
Felicidades, Margarita. 🤗🥰👍🏻
Es que hasta en las redes sociales aparecen amigos que lo único que quieren es aprovecharse de nuestros corazoncitos de papel, o de esos aplausos que no suenan, pero ayudan a mantener el SEO. Y te siguen hasta que se dan cuenta de que tú no los sigues a ellos y no te lo perdonan.
No sé, no sé, llámame pesimista, pero se parece mucho a la realidad.
Por suerte, siempre nos quedará el abrazo que achucha, aunque sea a distancia.
Gracias por tus palabras, Jose Antonio, siempre alimentan. 🤗🌼😘
Pues sí, pesimista soy contigo. Llevas muchísima razón, las RRSS no son más que el fiel reflejo de la sociedad, aunque en estas se puede actuar con más descaro, impunidad y, encima, anonimato. Con lo bonito que es mirar a un amigo a los ojos, contemplar los colores de un atardecer o saborear como la naturaleza te muestra el pasar del tiempo. ¡Serán los años y las canas! 🤷🏻♂️
Tus reflexiones escritas sí que alimentan sin engordar, aunque ensanchan la mente. 😝😘
🧡
Enhorabuena!
Que real , detrás de un perfil de redes sociales hay una historia . Pero todo en las redes sociales tiene que ser happy. ¿ Por qué ?
Vidas virtuales frente a vidas reales . Triste .
Muy … muy bueno .
La desgracia no engancha, salvo que sea trágica; entonces sí, entonces intentamos conocer todos los detalles para, aunque sea durante algunos minutos, sentirnos aliviados por no ser los protagonistas. Y opinar.
Y también somos capaces de lo mejor.
No sé, supongo que en eso consiste ser humano.
Que bueno !!! Da para reflexionar y mucho sobre la sociedad que estamos creando, dependientes , desahuciados , pero siempre dentro de un marco de falsas apariencias… 👏👏👏
Supongo que estamos a tiempo de ponerle freno, porque sin duda las redes sociales tienen mucho de bueno, no solo aparentar.
Gracias por pasarte por aquí y comentar.
Un saludo
Pobre de likes, la nueva pobreza. Siempre me he preguntado como es posible que la mayoría de los pobres lleve movíl, suerte en el concurso.Un abrazo
Supongo que el móvil se ha convertido en algo imprescindible, incluso cuando no tiene saldo. Aunque me atrevería a decir que somos mucho más numerosos los «pobres de espíritu» (expresión con connotaciones religiosas, pero que sirve en este contexto también) que no nos separamos de él.
Un abrazo, Juan Carlos (esperando como agua de mayo la continuación de tu relato).
Sí, es verdad, una conexión wifi pública y a tirar. No somos nadie sin el dichoso aparatito… Pronto la continuación… Un abrazo
Un relato profundo en el que de nuevo tocas la fibra sensible. Además me parece real como la vida misma. Vemos a diario en las redes sociales como chavales jóvenes –y no tan jóvenes– mendigan likes para conseguir reconocimiento social.
A los que peinamos canas y crecimos jugando en la calle y disfrutando del día a día con amigos de verdad –que no virtuales– nos puede parecer raro, pero es evidente que los chavales, nativos digitales, que han crecido con las redes sociales lo viven como algo natural, siendo parte de su diversión buscar situaciones en las que poder hacer una foto que les permita conseguir más likes.
Me da pena ver como hay gente que no disfruta de los viajes o un buen restaurante. Las fotos no son para dejar un buen recuerdo de la experiencia sino que las preparan a conciencia por un like. Dramático es ver que incluso hay quien se pone en riesgo, llegando a perder la vida por ese ansiado like. ¡Increible!
Miedo da la nueva criatura que ha anunciado Zuckerberg –el Metaverso– en el que propone suplantar nuestra realidad por un mundo virtual en el que sean nuestros avatares los que vivan nuestra vida por nosotros. ¿Estaremos suficientemente preparados? Los avances tecnológicos nos facilitan la vida, pero a veces también revelan su lado más oscuro.
Como siempre, una gozada leerte.
Besos.
A veces intento pensar en cómo sería mi vida si hubiera nacido en esta era digital y ¿sabes qué me aterra?, que apenas consigo recordar los años en que salía a la calle sin el móvil o hacía cola en la ventanilla del banco para sacar dinero o la desconfianza cuando echaba una carta manuscrita en el buzón, ¿llegará?, pensaba. Sí recuerdo alguna vez las primeras conexiones a internet, que se caían constantemente y en el momento más inoportuno, que, además, nos dejaba sin línea de teléfono y mi madre se enfadaba porque no había manera de pillarme en casa, y los cuarenta disquetes, literal, necesarios para instalar un programa (si además el número treinta y siete daba error, jurabas en hebreo). Después, todo ha ido tan rápido y tan «natural», que no sabría decir cómo he llegado hasta aquí. Así que lo tienen complicado los nativos para entender la prehistoria digital, y no me refiero al MS Dos, a restaurar el disco duro o a escribir el «path» para encontrar un archivo.
Tiene muchas ventajas esto de navegar sin necesidad de barco ni de aguantar los embates de las olas encarnizadas en mitad de un temporal. La pena es que con nuestra generación (pocas más quedan) se termina «el antes y el después» que nos ayuda a ponerle freno a esta vorágine. Y aun así te confieso, ahora que no nos oye nadie, que me da mucha pena saber que voy a perderme un montón de avances tecnológicos porque no me van a dar de sí los años.
El Metaverso atrae, y mucho, mi curiosidad. ¿Llegaste a jugar a los Sims? Estoy deseando verlo. Eso sí, sin perder de vista que es un juego, creo que ahí está la palabra clave: jugar, con lo que el juego significa.
Por suerte, y ahora estoy un poco más optimista que en comentarios anteriores, será porque es ya la hora de comer y llegan hasta aquí los aromas de la sopa de pescado, empezamos a darnos cuenta de la importancia que tiene la educación emocional, y los avatares ahí ayudan poco.
Complicado lograr un equilibrio. Pero yo sigo confiando en el Ser Humano, bueno, mejor dicho, en algunos seres humanos.
Como siempre, un placer charlar un ratito contigo, Javier, y contar con tu apoyo en esta apasionante aventura de contar, aunque no siempre salgan los números.
Un beso
Pues la verdad es que nunca jugué a los SIMS, pero recuerdo una peli que vi hace tiempo de Bruce Willis que se llamaba los sustitutos. El argumento se basaba en que la gente podía comprar versiones perfectas de sí mismos y controlarlos remotamente. Estas máquinas perfectas acaban asumiendo sus roles vitales, de modo que la gente podía experimentar la vida a través de éstas, cómodamente sentados en el sofá de su casa, mediante realidad virtual. Habrá que verlo, pero a bote pronto, el planteamiento de Zuckerberg no me me termina de convencer y me parece arriesgado ya que podría crear adicción. Habrá quien termine no sabiendo separar realidad de ficción, o quien simplemente prefiera, como en Matrix, recluirse en ese mundo ficticio para no afrontar la realidad.
Besos
Muy de actualidad por desgracia!
Actual es la proliferación de mendigos y muy de actualidad la «importancia» de las redes sociales. Y tú has sabido combinar de una manera perfecta ambos mundos, el real y el virtual.
Yo, que también me dejo llevar muchas veces por ese mundo virtual, me he quedado meditando y releyendo tu microorelato porque da que pensar y mucho.
Enhorabuena Margarita y no se, creo que es un tironcillo de orejas que no viene mal
La actualidad manda y, si bien es verdad que no tenemos por qué obedecerla, de no hacerlo corremos el riesgo de pasarnos de moda, quedarnos descolgados o boquear como un pez enganchado en alguna red perdida.
Dicen que en el equilibrio está la virtud, ¡como si fuese fácil caminar sin tambalearse o tropezar!
Pero bueno, seguiremos intentándolo.
Un beso, Aurora. El tirón de orejas lo guardo para tu cumpleaños 😉
¡Excelente!
Muchas gracias, Hector Daniel.
Muy muy buen relato. 👌 Enhorabuena.
Muchas gracias, Antonio. Que no nos veamos así. Ah, y no te olvides de dejar un «me gusta» al salir 😉
Me gusta… 🤣😂 😘
y salgo…
Felicidades por esa final, Margarita. El relato es de los que revuelan por la conciencia del lector y se quedan allí un ratito haciéndole reflexionar.
Un saludo.
Si sirve para reflexionar, hemos ganado todos.
Muchas gracias, Alfonso.
Un saludo