Había pedido a los Reyes Magos que le devolvieran a su papá y, ya de paso, si les sobraba alguno, un coche rojo teledirigido como el que había visto en un escaparate. Durmió poco. Le dolía el estómago, por los nervios, quiso suponer. Al despertarse corrió torpemente hacia el árbol, pero ya no estaba. Que lo habían tenido que cortar durante la noche, le dijeron. Por el frío. Cabizbajo se acercó al fuego donde ardían sus ilusiones y las últimas ramas y se sentó junto a los demás. Extendió las manos para que le entrasen en calor. Unos minutos después oyó a su espalda el inconfundible golpeteo sordo de los camellos sobre el asfalto y el tintineo juguetón de las regias coronas. Ni siquiera se molestó en girarse para verlos, como hacía siempre. Por alguna razón que no acababa de comprender, tuvo la certeza de que también este año pasarían de largo.
Finalista en el VII Concurso de microcuentos navideños Vithas Neurorhb
15 ideas sobre “INVISIBLES”
Que a un niño le corten la ilusión es lo más duro que el mundo debería estar dispuesto a soportar. Sin embargo, siguen pasando de largo los sueños de muchos que tienen el destino marcado por el lugar y el momento en que han nacido.
Un micro duro, emocionalmente tremendo y que debería de hacernos reflexionar sobre lo que de verdad importa: las personas. Y de todas ellas, los niños son parte fundamental e irreemplazable de nuestro futuro.
Esta ventanita tuya, no solo permite maravillarse con el talento y la imaginación de sus relatos, también nos abre los ojos ante la realidad y nos empuja a cambiarla. 👏🏼👏🏼👏🏼
Felicidades, mi Cuentista favorita.
Un abrazo 😊🤗🥰🌈
Sin los niños no somos nadie, y no solo porque son el futuro, también el nuestro, si no también porque al que vive dentro de nosotros le dejamos un espacio miserable y húmedo y el pobre termina por ser, en el mejor de los casos, tan solo la sombra del niño que un día fuimos.
No es tu caso, por suerte para ti y para los que te leemos.
Dejaremos las ventanas abiertas, aunque haga frío.
Mil gracias y un abrazaco 🌼🤗🧡
No aprendo. A pesar del tiempo que llevo leyéndote, (y por lo tanto, debería estar prevenido), cuando menos me lo espero, me sorprendes con un mazazo demoledor…..y eso es lo que más me gusta de tus relatos.
Me habías hecho retrotraerme a los recuerdos de mi niñez. Aquella noche entera sin dormir, el año que pedí a los Reyes Magos precisamente un Ferrari-Payá, rojo, dirigido por cable (lo del radiocontrol fue más tardío)…..¡y me lo trajeron! ¡Que felicidad aquel día!
Estaba tan contento ensimismado en mis recuerdos, cuando al seguir leyendo, recibo un baño de realidad que nos recuerda la angustia que padecen los más desfavorecidos, especialmente agravado en el caso de los niños y en fechas tan señaladas.
No sólo es una delicia leerte sino que además en tus relatos siempre hay una enseñanza que remueve conciencias, lo que me encanta, y además, denota por tu parte una gran sensibilidad, pensamiento crítico e inteligencia emocional (y de la otra) a raudales.
Enhorabuena una vez más por este tremendo relato.
Como decía Jesulín, en dos palabras: im-prezionante.
Besos.
Cualquier día te sorprendo y lo que parece es cierto. Aunque lo único cierto aquí es la interpretación que uno hace al leer, sea lo que sea. Es lo mágico de las lecturas, que a cada uno nos transportan a un sitio diferente porque despiertan los recuerdos que estaban aletargados, -como ese coche Ferrari-Payá, encima rojo-, o nos ayudan a dejarlos dormir de una vez y salir corriendo en busca de otros que duelan menos. O dicho de otro modo, la magia la pone el lector.
Me siento dichosa y orgullosa de que seas «mi lector», ya lo sabes, pero te lo repito, porque hay que decir una y mil veces lo que nos gusta de los demás.
En cuanto a los adjetivos que me dedicas,… Intento parecerme a ti. Incluso en lo de volar. Aunque ahí creo que llego un poquito tarde. Hasta que me crezcan las alas, seguiré con los pies firmes en el suelo, por mi seguridad y la de los que tengo alrededor.
Un beso. Mil gracias.
Muy bueno, la verdad.
Un placer leerte.
Besos.
Qué alegría me das, Ángel. Como cuando los Reyes Magos no pasan de largo. ¡Gracias!
Besos
Muchas felicidades Margarita, es muy bueno y ese final excelente!!
Me alegro mucho.
Besicos muchos.
A ver si entre todos conseguimos cambiar el final.
Muchas gracias, Nani.
Un beso grande, como tú.
Enhorabuena !
Triste muy triste pero real .
Ningún niño se merece que se le corten las ilusiones . Quizás deberíamos empezar a ponernos en la mente de un niño y empezar a desenterrar el que nosotros llevamos dentro .
😘
Los momentos tristes son inevitables (y necesarios, me atrevería a decir), pero resucitar a nuestro niño interior tendría que ser obligatorio: nos sentiríamos completos y disfrutaríamos más la vida.
Gracias, Eva 😘
Si nos fallan los Magos ya no nos queda nada… Muy bonito.
Los Magos se alimentan de nuestra ilusión. Igual es que empiezan a pasar hambre.
Podría ser, «Los Reyes Magos desaparecen por la falta de ilusión de lis niños…» Todo un titular…
Que duro!!
No se, esperaba esta vez un final feliz, o lo deseaba para ese niño al que de un hachazo le han cortado todas sus ilusiones, su esperanza y su niñez, porque hay cosas que no vuelven.
Pero me has vuelto a dar la vuelta a la tortilla y has abierto la ventana a la dura realidad de muchas familias donde unos padres han tenido que tomar la más dura decision: dar calor a sus hijos, a costa de oo que sea.
Triste, muy triste.
Un beso Margarita
Parece que si no lo cuentas, no existe. Como cuando éramos muy pequeños y cerrábamos los ojos convencidos de que así la persona que teníamos delante desaparecía del mundo, no solo de nuestra vista. Ojalá bastara con ese simple gesto para hacer desaparecer estas situaciones tan tristes, pero me temo que es justo lo contrario, que tenemos que abrir los ojos y algo más.
Gracias por tus comentarios y tu compañía, Aurora.
Un beso grande para todos.