EN EL FONDO DEL MAR

El nuevo trabajo que me habían asignado era todo un reto; muchos lo habían intentado antes sin lograrlo y esa responsabilidad me ponía nerviosa.

Comprobé el equipo de buceo y me sumergí. A medida que descendía, el frío, el silencio y la oscuridad se hacían más intensos, pero el espectáculo bien merecía la pena. Nadaba sobre fumarolas colonizadas por gusanos tubícolas cuando el ruido que produjo un pez borrón al golpear un extraño objeto llamó mi atención. Me acerqué rápida y expectante para descubrir que tan solo era una botella sin mensaje.

Volví a concentrarme en la tarea a pesar de que la belleza de los arrecifes de coral, las manadas de cangrejos albinos, los calamares vampiro y el sin fin de extrañas criaturas marinas con las que me topaba no me lo ponían nada fácil.

El tiempo transcurrió deprisa y me quedaba sin aire. Me disponía a subir cuando observé unos destellos a la luz de un pejesapo que pasó cerca de mí. Allí, junto a varias monedas, estrellas de hotel y clips oxidados, estaban las llaves, las famosas llaves.

Yo ya hice mi parte. Ahora que cambie otro la letra de la canción.

Relato publicado en el libro «Un tiempo breve». Esta Noche Te Cuento.

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