Ya falta menos para que den las ocho. Hasta la habitación llega el barullo del cambio de turno. Pasos veloces en el pasillo que vienen y van. El sonido metálico de los carros. Puertas que se abren. Los grifos que gotean, el frufrú de las fregonas. Aroma a café y tazas que chocan con las prisas. Timbres. Pastillas. El termómetro. La tensión. Una sirena.
La reconozco detrás de la mascarilla. Me sonríe cuando me mira y me cuenta lo que hay más allá de la ventana. Hoy llueve, dice con su voz recién salida de un pentagrama. Le ha salido una flor nueva al magnolio. Y las cigüeñas han hecho otro nido en lo alto del campanario.
Me gusta escucharla. Y cómo se mueve. Y también su olor a espuma y sal. Dice que eso es porque viene a trabajar montada sobre un caballito de mar. Nos reímos a carcajadas. Luego promete enseñarme a nadar cuando llegue el verano. Y a contarles los brazos a las estrellas.
Hoy ha traído una caracola. Está muy desgastada y su color es como el de la arena mojada. Tiene línea directa con su casa, me susurra antes de colocarla bajo la almohada. Poco a poco mi pelo se llena de algas y empiezo a respirar tranquilamente bajo el agua.
1.er premio en el Concurso de microrrelatos Grupo Marmo. Albacete.
11 ideas sobre “CAMBIO DE TURNO”
Veo que en esta ocasión, las musas te han inspirado con la visita de una de sus hijas. Pero ten cuidado, que los cantos de sirena siempre han sido muy traicioneros. Embelesan, seducen, pero pueden suponer la perdición. Bromas aparte es un relato precioso, muy apropiado para el momento.
Como sueles decir, vamos a seguir conjugando el verbo cuidarnos
Besos.
Las musas me inspiran poco (y mal) últimamente. Con eso de que no pueden salir de casa, ya no vienen a visitarme y «se me ve el plumero», el trapo del polvo, la escoba, la fregona y utensilios varios con los que intento abrillantar paredes, suelos, muebles y, de paso, la mente, que me juega malas pasadas y aciagos futuros.
Seguiremos conjugando verbos. Y sustantivos, sustantivos también. Cualquier cosa antes que enloquecer más.
Un beso
No hay dinero para pagar lo que están haciendo. El problemas es que cuando esto termine seguirán recortando por ahí.
Muy bonito, seguro que a ellos les gustaría leerlo.
No sé si tienen mucho tiempo para leer estas cosas, pero me alegraría poder ayudarles de alguna manera.
Del futuro, incluso del muy cercano, no se me ocurre qué decir. Tiene toda la pinta de que nos van a recortar hasta el pelo. A ver qué pasa. De momento, muchas gracias por venir hasta aquí.
Siempre acordarse de alguien es bonito. Gracias a tí.
Precioso relato .
Muy emotivo .
Gracias
En medio de tanto dolor, me permito la licencia de llamar a las cosas por otro nombre.
Y gracias a ti por no cansarte de venir.
¡Bravo!
Es un honor tener a un escritor de los de verdad por aquí, lo sabes, ¿verdad?
Son verdaderos dadores de vida!
Cierto, tenemos mucho que agradecerles.