La tormenta fue tan brutal como inesperada. Si en esa época hubieran existido los pluviómetros y las televisiones, en el informativo del mediodía habrían dicho que cayeron más de sesenta litros por metro cuadrado en menos de diez minutos. Y por si eso no hubiera sido suficiente, el cielo terminó de romperse y se precipitó sobre la tierra ya anegada en forma de granizos que tenían el tamaño de nueces, castañas pilongas y otros frutos secos que aún carecían de nombre.
Durante unos minutos pareció que el mundo iba a acabarse. Se hizo la oscuridad al fundirse, azorados por la vergüenza, el día y la noche. Con la complicidad de la penumbra, los océanos se vinieron arriba e invadieron los cerros, montes, mesetas, cordilleras y altiplanos más cercanos a la costa con sus temerarias huestes de espuma y sal envalentonadas por la lluvia caída. Los animales se lanzaron a una carrera frenética y desenfrenada en busca de algún sitio en el que cobijarse, haciendo temblar el suelo bajo sus patas y destrozando a su paso la poca vegetación que quedaba erguida. No había consuelo para las aves. Tampoco para los insectos. Únicamente los peces brincaban dichosos convencidos de que la Tierra sería para ellos.
A punto de apagarse estuvieron la luna, el sol y las estrellas. Cuando no quedaban más que minúsculos rescoldos humeantes, comenzó a correr un viento cálido, ligero y voluntarioso que fue avivándolos con soplos delicados, como los que imprime un músico a su flauta travesera, hasta conseguir encenderlos de nuevo. Luego el mismo viento, sin mostrar síntomas de cansancio o debilidad, se desplazó aquí y allá para secar todo lo que la lluvia había empapado. Solo entonces salieron Adán y Eva de la gruta en la que estaban guarecidos. Temblaban de frío y en sus cuerpos desnudos aún se notaban las marcas del miedo. Durante largo rato contemplaron absortos el paisaje sin atreverse a creer lo que veían sus ojos. Eva fue la primera en romper el silencio.
—¡Dios mío, qué desastre! ¡¿Pero cómo es posible?, si tan solo llevamos dos meses existiendo! Todo estaba tan nuevo y era tan bonito… —el llanto le impidió seguir hablando.
—Ha tenido que ser un fallo en… en las medidas de los planos…, no habrá tenido en cuenta… mmm… la curvatura de los polos —a Adán apenas le salían las palabras—, o quizá un cortocircuito en el firmamento. Sí, seguro que ha sido un cortocircuito debido a las corrientes alternas procedentes del sureste que…
—¿La curvatura de los polos?, ¿un cortocircuito en el firmamento?, ¡pero de qué coño estás hablando! —le interrumpió Eva limpiándose las lágrimas y girándose bruscamente hacia él. Después, señalando con el brazo extendido todo lo que había a su alrededor, añadió—: ¿Pero tú has visto esto?, dime, ¿te has fijado bien? Te advertí que no se pueden hacer las cosas tan deprisa. ¡¿Una semana?! ¡Pero cómo va a crear el mundo en una semana, hombre! Por muy Dios que sea, eso es imposible. —Su rostro iba adquiriendo una coloración púrpura casi incandescente y los músculos del cuello se tensaban como las cuerdas de un violín—. Te lo dije. Te lo dije una y mil veces. Pero tú que no, que si Él sabe lo que hace, que si lo tiene todo controlado, que si lleva mucho tiempo planeándolo, que si es el mejor Hacedor que existe,… Pues nada, aquí tienes los resultados, ¡a ver qué dices ahora! —concluyó con los brazos en jarras y la mirada retadora.
Adán no dijo nada. Se agachó para apartar del sendero lleno de fango un par de ramas tronzadas. De una de ellas colgaban los restos de lo que había sido una deliciosa manzana, su fruta preferida. La arrancó con un tirón seco, dio un paso hacia atrás para coger impulso, y la lanzó todo lo lejos que le permitió su rabia. Después, volviéndose hacia Eva, le pasó el brazo por los hombros y tiró suavemente de ella.
—Vamos, mujer, inventemos el fuego y cocinemos algo, que ahora tienes que comer por dos.
Ninguno se percató de que la manzana podrida caía a los pies de una serpiente que se arrastraba por allí.
14 ideas sobre “GÉNESIS DE OTRA HISTORIA”
¡¡¡Bravo!!!
Muchas gracias, Tom 😊
Me ha gustado mucho 👏
Me alegro, CarMac.
Esta que vivimos ahora sí que es otra historia. Ya queda menos para escribir el final.
Extraordinario !!!
Muchas gracias, Eva 🙃
¡Un relato de proporciones bíblicas!. Me ha gustado mucho la descripción detallada que realizas de la tormenta y posterior calma. También me ha resultado muy simpática tu particular adaptación a este pasaje del génesis. El origen de todos nuestros males pasados, presentes y futuros….maldita astuta serpiente. Por cierto, es curioso ver como ya en el principio de los tiempos, la mujer dirigía hábilmente al hombre que obedecía docilmente, logrando que con una simple insinuación, el varón comiera de la fruta del arbol prohibido. Eso para que nos vengan hoy algunos y algunas a hablarnos de heteropatriarcado y mamarrachadas similares.
Enhorabuena y cuídate mucho.
¿Tú crees que la culpa de todo la tiene ese repelente bicho rastrero? No sé, para mí que los peces, pobres ilusos de que la Tierra sería para ellos, tuvieron algo que ver.
Otras teorías hablan, muy bajito, eso sí, de que la manzana de la discordia se la comió un camaleón bien camuflado. Nadie lo vio, pero difama, que algo queda.
Y siguiendo con los animales, me temo que o eres estrella o caballito de mar o aquí nos necesitamos todos: hombres y mujeres, mujeres y hombres (y hasta a algún loro parlanchín) para que el mundo no termine. A pesar de las tormentas. A pesar de las pandemias.
Me cuido. Te cuidas. Nos cuidamos.
Llegará el tiempo de conjugar el verbo «darnos un abrazo»
Para no pecar de redundante o rebuznante, no te voy a decir lo que pienso de tus relatos. Sólo una cosa: viendo he querido poner relatos, he escrito «regalos». O tengo los dedos muy gordos o … me gusta mucho lo que escibes
Las palabras tienen esa magia, que a veces dicen lo que nosotros callamos. Aunque para eso hay que saber darles el trato que merecen. Pero nada tengo que explicarte a ti de tratos ni de palabras ni de regalos.
Una alegría que te asomes por aquí, eso sí, eso que te quede muy muy bien explicado.
Buenisimo! Abrazo grande!!!
Gracias, María!!!
Un abrazo
Jajaja. Me ha gustado el diálogo de los dos al encontrarse el diluvio. La descripción de la lluvia también.
Es mi primera visita. Me ha gustado el blog, con eso de las historias mayúsculas y minúsculas. También la mujer sentada sobre la i. Lo infantil también es lo más puro. Felicidades y que la pluma no deje de moverse.
Que un comentario empiece con una carcajada tiene mucho mérito (aunque esto diga poco en pro de mi humildad). Y que te metas con las historias mayúsculas de entrada, siendo tan minúsculo el tiempo con el que contamos, también, pero en este caso, el mérito y la humildad son tuyos.
Pues eso, que muchas gracias, Ismael, que así da gusto escribir.